Ayer por la mañana, la agencia Reuters publicó un muy buen reportaje de investigación, bien escrito, bien documentado, sobre el huachicol. Se centró en la operación en el puerto de Ensenada, donde a finales de marzo pasado se decomisaron 8 millones de litros de combustible ilegal.
Llevamos semanas hablando del huachicol fiscal, pero buena parte de la discusión se ha centrado en Tamaulipas, porque ahí se hicieron las primeras acusaciones formales que incluyeron a miembros de la Marina relacionados con el ex secretario de esa institución.
Reproduzco un párrafo: “En la tarde del 8 de marzo (2025), un petrolero llamado Torm Agnes ingresó al puerto de Ensenada, en la costa del Pacífico mexicano, con casi 120 mil barriles de diésel. Tal embarcación era una vista rara en ese puerto, que alberga principalmente cruceros, yates de lujo y portacontenedores. Ensenada carece de la infraestructura necesaria para descargar cargas de hidrocarburos inflamables de manera segura, lo que hace que lo que sucedió más tarde ese día sea aún más extraño.
“Oleadas de camiones de transporte de combustible llegaron al muelle para llevarse gran parte de la carga del Torm Agnes. Los trabajadores se apresuraron a llenar los tanques cavernosos de los vehículos, hasta seis a la vez, usando mangueras que brotaban de una manguera más grande fijada al recipiente. La operación, aunque arriesgada, funcionó como un reloj, según un testigo presencial y una foto y video de la escena compartidos con Reuters”.
El video está en la página de la agencia. Es una operación complicada, ahí se ven los camiones de una compañía mexicana de fletes —de Jalisco—, el buque que transporta desde Canadá mediante una empresa estadunidense, los trabajadores cargando las pipas. Nada sencillo.
Las pipas cargadas fueron llevadas a unos kilómetros y se quedaron en un terreno propiedad del ex senador morenista Gerardo Novelo —hermano de un ex alcalde de Ensenada—.
El terreno no está escondido, está sobre la carretera escénica Tijuana-Ensenada y colinda con el desarrollo de Cíbola, uno de los más lujosos de Ensenada. Ahí se hizo el decomiso 20 días después.
La pregunta es: ¿cómo es que nadie vio nada aquel 8 de marzo? ¿Nadie notó una operación de esa magnitud y además tan inusual en el puerto, donde llega poco combustible?
¿Quién manda en ese puerto? Pues sí, la Marina que preside la Asipona.
¿Algún detenido que importe? No.