La designación del premio nobel de la paz a la lideresa de la insurgencia venezolana Corina Machado causó polémica en el mundo entero y tanto el proceso como la propia designación es materia de descalificaciones porque implica un apoyo a la oposición política en Venezuela, apreciándose como una táctica en el marco de la disputa de quienes tienen interés de derrocar al actual régimen como es el caso del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Se tiene suspicacias desde Noruega en donde se decide mediante un mecanismo confidencial llevado a cabo en un comité elegido por el parlamento de aquel país, en el que se hacen llegar propuestas con sus respectivos informes e historiales de personas y organizaciones que son eventualmente nominadas que finalmente dicho comité determina quien es designado ganador o ganadora como fue el caso de este año.
Hay voces que se manifiestan para descalificar al comité del Nobel de la paz afirmando parcialidad y carentes de objetividad, un galardón devaluado y contaminado políticamente por actores con intereses como evidentemente se tiene el gobierno norteamericano por derrocar al régimen de Nicolas Maduro con la finalidad de apoderarse del petróleo venezolano como históricamente ha actuado con intervencionismo militar con las falsas banderas de demócratas o de policía de la humanidad atacando a países a quienes determina unilateralmente como terroristas para justificar invasiones.
Venezuela como Cuba, tienen un bloqueo económico que les impide a otros países tener lazos comerciales en plena globalización tecnológica y de mercado, el caso de la isla a más de cincuenta años de bloqueo se manifiestan y recrudecen los estragos de las limitaciones para la población al punto de llegar a lo inhumano, por el hecho de contrastar un modelo social opuesto al neoliberalismo que reduce la responsabilidad del Estado y los derechos de la población los vuelve mercancías, el consumismo y el individualismo son inculcados en la población excluyendo valores de la colectividad como son la solidaridad y generosidad entre los individuos.
El premio otorgado a la lideresa opositora en Venezuela la etiquetan como una franca provocación, la propia galardonada pide y celebra la intervención militar extranjera en su propio país, su lucha ha sido auspiciada desde el extranjero, su compromiso evidentemente es como la derecha de entregar el patrimonio nacional a Estados Unidos y ser una colonia más como lo han sido otros países latinoamericanos sometidos y subordinados al gobierno norteamericano.
No podría faltar la celebración y expresión ofensiva de la oposición en México que en su misma línea de comportamiento histórico y al igual que la derecha venezolana, sumisa y obediente al imperio yanqui se regocijan de la provocación de galardonar a la opositora Corina Machado, por cierto, no es ocioso resaltar el apresurado mensaje de las autoridades de la UNAM de felicitar a la premiada describiéndola como quien “ha logrado una transición justa y pacifica de la dictadura a la democracia en Venezuela” siendo que ella misma avala la posible intervención militar de Estados Unidos a Venezuela la cual implicaría muertes alejado esto de acciones de paz por lo tanto contraria a lo sustentado en el comité Noruego que le otorgó a esta lideresa el nobel de la paz y a su vez ella solicita y justifica la guerra contra sus propios connacionales.