Hay una cronología bien hilvanada en la cual se identifican la maquinación de la marcha del pasado 15 de noviembre, inicia desde la televisora y redes sociales del magnate conocido como clasista y evasor de impuestos, en la que empiezan a proyectar que se está “organizando una marcha” de manera espontánea por jóvenes de la autodenominada Generación Z que se asumen también como parte de un movimiento internacional contra el poder que se expresa en diferentes naciones con demandas auténticas.
El caso de México, quedó al descubierto que activistas del PRI y PAN fueron organizadores orgánicos de la marcha, aun y cuando se esmeraron en aparentar que la movilización era ciudadana de jóvenes apartidistas, incluso se exhibieron contratos millonarios en los que se contrataba por parte del PAN a un joven para promover mediante marketing político la participación de jóvenes, desde finales de octubre se crearon cuentas en diversas redes sociales en las que de forma masiva se promovió la marcha, junto a cuentas faltas había activistas políticos partidistas incluido el ex mandatario Vicente Fox sumándose a dicha convocatoria.
A los pocos días ocurre el lamentable suceso de que ultimaron al alcalde de Uruapan Michoacán y la convocatoria a la marcha dio un giro sustancial enfocado ahora al movimiento del sombrero, ahora la oposición camuflajeada se montaba en el asesinato de Carlos Manzo para alzar la bandera por la seguridad en el país, la promoción de la marcha estaba a toda intensidad en las redes sociales y en los medios de comunicación principalmente en aquella televisora del magnate que abiertamente estaba orquestando la marcha.
Era tan predecible que al llegar la marcha al Palacio Nacional iba a ver un intento de derribar las barreras de protección que se instalaron con el firme propósito de provocar y agredir a los guardias de seguridad y del enfrentamiento planeado sacar las más imágenes para engrosar la narrativa de la oposición de calificar como una dictadura por una supuesta represión que se estaba estimulando sucediera, es decir, la violencia estaba bien planeada y con una bandera adicional para seguir sumando demandas se les ocurrió llamar “presos políticos” a jóvenes agresores que pretendían lastimar a los agentes de seguridad y penetrar al palacio para destruir todo lo que estuviera a su alcance.
La farsa se cayó cuando hubo pocos jóvenes y muchos activistas que son identificados como los mismos de siempre, cuando se descubrieron las inversiones millonarias para que se promoviera la marcha pretendiendo hacer creer a la ciudadanía que los jóvenes estaban organizándose para rescatar al país, queriendo simular una fuerza que a todas luces era artificial, siguiendo con el guion de la derecha y sus comunicadores de poco les sirvió la campaña de marketing post marcha ya que fue desmentido todo el teatro orquestado desde el empresario y dueño de la televisora al que le están obligando judicialmente a pagar los impuestos que debe canalizó la rabieta en este evento.
La historia está muy clara y registra quienes fueron los partidos, los actores, el régimen que realmente reprimía a la juventud, en los tiempos de la autentica dictadura priista hubo muchos eventos de ejecuciones desde el Estado contra quienes se atrevían a enfrentarse al régimen, pero le apuestan a que la población no tenga memoria incluyendo a los jóvenes que aun no nacían en esa época como si no tuvieran al alcance la información y la historia.
