Política

El discurso de Milei

Esta semana se llevó a cabo la conferencia de líderes mundiales organizada por el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza. Uno de los discursos que más llamó la atención fue el de Javier Milei, quien se autodenomina libertario y usó todo su tiempo para explicar con datos duros el porqué su forma de hacer gobierno con mínima intervención del Estado es la adecuada, enalteció a los empresarios y a pesar de él ser parte del gobierno llamó a los funcionarios públicos “parásitos”.

Si analizas su discurso tiene ciertas contradicciones y no se entiende bien cómo intentará hacer funcionar el país con mínima intervención, también criticó el término de la justicia social que promueve la equidad, sin un órgano regulador ¿Quién verá por los pobres? ¿Cómo se asegurarán salarios justos en las empresas? ¿Con qué va a cubrir el Estado las cuotas para proveer servicios públicos y mantener el orden?

Quizás en una sociedad primermundista funcione su discurso, quizás en un mundo utópico en donde no existe el egoísmo y el individualismo el ser humano se pueda autorregular, pero la realidad es que él vive en Latinoamérica y todavía nos falta mucho para aspirar a no necesitar regulaciones que equilibren tanta desigualdad.

Para ejemplo, los 250 millonarios del mundo enviaron una carta pidiendo justicia fiscal, que los ricos paguen más para acabar con la desigualdad, en Latinoamérica esa solicitud no aplica, porque los impuestos que pagamos se van a pocos bolsillos y son mal administrados, acá la solución quizás sería que los pobres paguen menos, que después de 60 ya no se tengan que pagar prediales por la vivienda y gastar en pagar impuestos la pensión, que los emprendedores en vez de pagar se les apoye, etc.

El tema de la confianza en Latinoamérica no ha logrado prosperar, y esto tumba todas las teorías económicas de Milei. Ya veremos cómo le va, espero equivocarme y que con hechos demuestre que logró prosperidad y orden social en Argentina, pero si no, solo comprobaremos nuevamente que los discursos de división, resentimiento y odio solo siguen haciendo daño. No se dejen llevar por la euforia de “lo nuevo”, por los discursos de “yo soy mejor que ellos”, hay que dudar de quién se atreve con calidad moral para juzgar tan severamente a los demás, porque todos, absolutamente todos, tenemos una media luna que no queremos que nadie descubra.


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Nancy Fonseca
  • Nancy Fonseca
  • Analista política en Derecho Internacional
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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