Política

Educación contemporánea

Educar es una necesidad para las personas de esta época, no obstante, la multiplicidad de formas técnicas de resolver problemas cotidianos y no sólo ésos.

Hoy una persona tiene una cantidad numerosa de aparatos cuya función se puede cumplir con un esfuerzo mínimo y prácticamente cero conocimiento, si la persona ya está alfabetizada, pues leer y escribir, pues todavía no llegamos a construir un aparato que sustituya cien por ciento el uso personal de los conocimientos proporcionados por la alfabetización. Por cierto, dato (número de habitantes no alfabetizados en este país) que ha desaparecido de los reportes oficiales.

Hoy una persona puede manejar y aprovecharse del beneficio práctico de una buena cantidad de aparatos, sin necesidad de saber leer y escribir. Basta que el vendedor o la observación de las operaciones necesarias para aprovechar el servicio prestado por el aparato, para manejarlo con éxito. Y sin embargo no puede aprovecharse de la ayuda, solaz y esparcimiento de un libro, o de una película en la TV o en el cine cuyo idioma original no sea el nativo del sujeto.

También el teléfono celular o la computadora representan un reto, no demasiado fuerte, y se puedan aprovechar de sus beneficios.

Ahora, en nuestra época y para adelante cada día más la “armazón” tecnológica de la vida pública actual demanda la producción de más artefactos para sustituir mayores operaciones cotidianas o laborales. Hoy la robótica ayuda a construir aparatos para realizar operaciones complicadas, en menor tiempo y mayor productividad y, dicen, mayor calidad. Por ejemplo en la fabricación en serie de maquinaria y en las operaciones rutinarias de la producción agropecuaria.

Estos fenómenos socioeconómicos y tecnológicos llevan a pensar el futuro de las escuelas, institutos y aun las universidades pues su tarea educativa se verá fuertemente cuestionada por las nuevas necesidades de la industria, y las actividades productivas del campo, del turismo, del aparato gubernamental estará en proceso de mayor automatización de sus operaciones. Igual al comercio, la banca y los espectáculos. Por ejemplo, para la persona normal como para la empresa media hoy puede hacer todas sus operaciones bancarias con sólo ir a abrir su o sus cuentas y puede si quiere no volver a pisar la oficina bancaria en su vida entera.

Y así, las personas hoy ocupadas de educar en escuelas., colegios y universidades, mediante salones, currículos, maestros, maestras, y un cierto aparataje computacional, no tendrán ese trabajo, de ese modo, no obstante, la lucha actual por evitar celulares en las escuelas, inútil, por cierto. La educación que enseña a controlar no será más. El futuro educativo se organizará para educar para aprender aquellos cuatro saberes proclamados por la UNESCO hace un par de décadas: aprender a saber, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir. Esos aprendizajes conducirán a las personas a caer en la cuenta de la importancia de saber para hacer, y a su vez la importancia de hacer – producir para ser y ser con los demás humanos.

Esos aprendizajes y esas actividades no se pueden realizar con éxito con sólo disponer de una máquinas que le ayuden o le digan cómo. Esos aprendizajes o son vivenciales o se quedan en recetas y un profesional cuyo saber es recetar tendrá más pronto que tarde, la necesidad de buscar otro quehacer. Ninguno de esos cuatro aprendizajes se logra sólo con tecnología, no obstante, el aporte tecnológico deba estar presente y aprovecharse sin darle la primacía y soñar en su inutilidad para enseñar – aprender.

Las cuestiones educativas dudosas no están en la tecnología, tampoco en los objetivos permanentes o la apuesta a la educar sólo a una élite de superdotados.

Están en la organización. ¿Puede el Estado sin colaboración de las comunidades sostener un aparato educador con un costo de ciento de miles de millones?

¿Quizá si puede dedicarse a la formación profesional y humana de los millones de maestros necesarios en este país? ¿Puede el país – junto con el mundo – aguantar el enorme consumo de agua y el enorme consumo de energía necesario para producir, mantener y operar un enorme aparato tecnológico digital?

La organización educativa tiene enfrente el enorme reto de enfocarse en los cuatro aprendizajes necesarios para garantizar un desempeño humano y humanista de estudiantes y profesores. La solución no es para mañana. Será necesario al menos un par de décadas para que este país pueda garantizar una educación para el humanismo y la construcción de una sociedad interesada en la Vida y la Verdad como factores indispensables del ser humano educado, comunitarista, productor y no sólo comprador, pensador y no sólo seguidor o cliente, convivencial en lugar de competidor.

¿Sueño de opio? Al tiempo.


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Miguel Bazdresch Parada
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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