Política

¿Dónde está la oposición?

Impresionante. No cabe otro calificativo para el acto político encabezado por el presidente en el Zócalo de la ciudad de México. Desde luego estuvo organizado por la estructura política que cobija al presidente. Para eso y algo más sirven las estructuras partidarias. Más allá de la demostración de respaldo y empatía con un amplio sector de mexicanos el hecho es notable y deja un reto para los opositores difícil de enfrentar. La cuestión es la fuerza de la oposición para oponerse al proceso político emprendido por el gobierno federal actual y a sus consecuencias.

Si fuera un partido de futbol estaríamos hablado de cómo el ganador borro de la cancha al perdedor, pues tuvo la pelota en sus pies todo el partido, metió los goles que quiso y además no se cansó y dio la impresión de ser contrincante muy difícil, no sólo de vencer sino siquiera de hacerle alguna mella. ¿Dónde está la oposición? La democracia es pluralidad o corre peligro de volverse autocracia.

Este último cruce de fuerzas ya lo gano el gobierno y sus masas. ¿Hay alguna forma de ganarle el siguiente encuentro o ya ni jugar quiere la vapuleada oposición? Desde el asiento de los espectadores no se ve cómo se le pueda ganar a esa máquina de ganar los grandes encuentros. Sin embargo, tiene varios flancos flacos susceptibles de atacar y hacerlos blanco de un ataque con el cual la oposición pueda llegar a jugar su juego y quizá, sólo quizá, a ganar el partido.

Un buen perdedor empieza por “lamerse las heridas”, dicho en perruno lenguaje. Hoy, al contrario, de lejos se ven “restregando” las heridas. Camino equivocado. Si logran este acto de sanación han de recuperar el origen de la fuerza que alguna vez tuvieron. Por ejemplo, ¿cómo empezó el Partido Acción Nacional a triunfar? Luchando y peleando por una gubernatura: La de Baja California. Un lugar desatendido por el grupo hegemónico, fácil para hacerse oír con una alternativa concreta, sencilla de conectar con una ciudadanía, entendible y propositiva. Y así, competir contra una estructura debilitada por el mal gobierno.

Es decir, jugar el partido que se puede ganar, y que los pondrá en un piso diferente desde el cual seguir escalando posiciones. Los errores del partido en el poder son aprovechables para ir contra el gobierno y a favor de ganar fuerza para el opositor. ¿Será posible? Tiene la palabra la oposición.

Miguel Bazdresch Parada

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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