Tenemos muchos motivos para no ir a las urnas, pareciera una declaración lapidante en contra de la participación ciudadana, pero la clase política en el país se ha encargado de hacerlo real por su propia conveniencia de modo que el sistema electoral está diseñado para que un puñado de ciudadanos acuda a las urnas en su gran mayoría movilizados por los partidos y en un pequeño porcentaje convencido de que el voto hará el cambio.
Y es que el tema no es participar o no, el tema es la oferta: no acudimos a votar por los mejores perfiles porque son más de lo mismo, quienes se animan a acudir a las urnas no movilizados por los partidos tienen que escoger entre el malo y el menos malo. Ponga usted sobre la balanza por ejemplo toda la oferta de quienes dicen que quieren ser candidatos a la presidencia y no encuentro al estadista con rumbo que tenga un plan para sacar al país de la desigualdad social en que se vive y el mal mayúsculo que representa la violencia generada por los delincuentes.
Tendremos que escoger entre el que se pasea en coches de baja gama, el que se toma el champurrado, el que le quiere dar chamba al hijo del presidente, el que se dirige al respetable con más groserías refiriéndose al adversario, el que graba los videos más chistosos, el más popular entre las redes sociales, el que se muestra bonachón y no niega una sola selfie, el que repartió más que los demás con dinero del erario, el que roba pero salpica, y esas son las “cualidades” que hoy veo que exhiben a los precandidatos que dicen que no lo son porque aún no andan buscando eso.
Intereses mezquinos, grupos de poder que lo que quieren es no soltar la liana y otros que lo que quieren es derribar a los primeros para servirse del recurso público y cobijar a sus aliados, eso es lo que veo que ofertan y entonces, ¿no es más clara la idea de que es una pérdida de tiempo ir a las urnas como están las cosas hoy?
Soy un ferviente defensor de la participación ciudadana, que cree que en efecto la decisión democrática de los ciudadanos (que no de la ciudadanía por favor no nos confundamos) es la que puede impulsar el verdadero cambio en el país, y deberíamos de empezar por que se generen las condiciones para mejorar la propuesta de los partidos.
Pues hoy parece que estamos votando para elegir payasos y no al líder del circo.