Cantaba Pedro Infante y Vicente Fernández: “Se los juuuro por Dios que me miraaa…” que no tenía ninguna intención, ninguna ya, de escribir del tema del Tri y del Tata Martino.
Pero ayer por la tarde/noche surgió la noticia de que Boca Juniors quiere al DT argentino de la Selección Mexicana.
La nota nos dice que sería hasta enero del 2023, al final del Mundial. Cuando comencé a leer la información me emocioné, pero cuando llegué a ese “pequeño dato”, me regresé al sentimiento que poseía mi ser de un tiempo a la fecha.
Pero el motivo para comenzar la columna de hoy con este tema no es para mostrar mi ilusión de que se fuera ya, sino la reacción de un gran porcentaje de afición y de periodistas escribiendo en el mismo tenor.
No había surgido una nota para poder palpar lo que la gente quiere con respecto a Martino, pero con la de ayer fue suficiente.
“No juegues con nuestros sentimientos”.
“De qué nos sirve si se va después del Mundial. El daño estará hecho; no pasaremos de la primera ronda”.
“¿A dónde le mandamos el Uber?”.
“No hay necesidad de Uber, el Tata se la pasa en Argentina todo el tiempo, es más, ahorita está en Argentina”.
“Con todo y moño”.
Esas fueron alguuunas de las reacciones de la afición.
Aunque jamás es una totalidad, sí queda muy claro que ésta no quiere que Martino siga en el Tri… ¡pero desde ya!
El 1-0 engañoso
No tanto por su futbol de hace dos noches, aunque sí un poco, pero es más por la sensación.
El miércoles ganó el Ameee con un golazo al 92 y se fueron a su gira con un triunfo que calma el momento.
Pero lo calma por los puntos, no así para todos, y me explico.
Antes de que viajara el equipo tuve la chance que cruzar textos con un jugador del equipo.
“Nos va a servir este viaje y estos partidos, porque tenemos muuucho qué mejorar. El gol que anotó Jorge dio el triunfo, pero no nos hacemos weyes nosotros, nos falta mucho”.
Para ser grande hay primero que parecer, y teniendo esa autocritica interna es más fácil arribar a ese estatus donde ya están las Águilas.
La crisis Roji
¿Negra?, ¿blanca? Finalmente ambos son tapatíos.
Me refiero a la blanca, a la Chiva, a los mexicanismos que ya muchos reniegan.
El Guadalajara se está convirtiendo en un cheque al portador.
Hace tres días les comenté que no tiene refuerzos de peso, no tiene jugadores con nombre y calidad, no tiene futuro, no tiene equipo y no tiene dinero para comprar.
La crisis interna que vive el equipo ya se permea en su fiel afición, a la que ya se le nota un tanto dubitativa con esta tonta, añeja y ya perjudicial tradición de mexicanos.
Quiero aclarar que esto con lo que cerraré mi columna de hoy no me lo dijo ayer, sino días antes de que iniciara el torneo, o sea unos 20 más o menos. No es de ayer, pero aplica cuando sea en la actualidad.
“Hay muchos acá (equipo e institución en general) que quisieran que desapareciera esta tradición. Es muy linda y llegadora, pero los tiempos cambian y la vida es para ganar, para dar resultados y todos sabemos que así no los vamos a conseguir ya.
“Pero el orgullo no nos va a permitir ganar lo que la gente quiere: títulos. Es puro orgullo, Miguel, porque aquí todos sabemos que con solamente mexicanos quedar campeones sería por casualidad y no por calidad”.
Posdata
Nos leemos el lunes.
Beso francés a todos… ¡menos a tres!
Twitter: @ArizpeMiguelZ