Política

Maternar no es tarea solitaria

Las mamás siempre han sostenido la vida. Lo han hecho en silencio, en jornadas invisibles y sin tregua. Ayer fueron nuestras madres y abuelas, que criaban con lo que había: sin guarderías, sin apoyo del Estado, sin muchas veces siquiera contar con el derecho a quejarse. Hoy lo hacen millones de mujeres que crían mientras trabajan, resuelven, educan, cocinan, contestan correos y se sienten agotadas, por intentar abarcarlo todo.

Y mañana serán las mujeres más jóvenes quienes tengan que decidir si quieren transitar ese mismo camino, o si es momento de transformarlo por completo.

Porque la maternidad ha cambiado. Las mujeres también. Lo que no ha cambiado lo suficiente es el sistema que debería acompañarlas.

Ser mamá en el siglo XXI implica enfrentar nuevos desafíos con estructuras del siglo pasado. Mientras más mujeres entran y permanecen en el mundo laboral, la organización social y del Estado no ha evolucionado al mismo ritmo para acompañarlas.

La red familiar que antes ayudaba, ya no está siempre presente. Las estancias infantiles son insuficientes. Las jornadas laborales no son flexibles. Y aunque se habla más de corresponsabilidad, la carga sigue recayendo principalmente en ellas.

Ser mamá también ha sido distinto en cada época. Las madres boomer maternaban desde la entrega total: con abnegación, silencio y sin cuestionamientos. Las postboomer y millennials lo han hecho entre la exigencia de “poder con todo” y la presión de ser perfectas en cada rol. Las centennials, en cambio, ya no la consideran destino inevitable. La piensan como una posibilidad que solo vale si se garantiza con dignidad y autonomía, sin tener que hacer a un lado el desarrollo personal.

Esa evolución generacional debe empujarnos a cambiar las estructuras que aún hacen del maternar una carga solitaria.

Desde la Secretaría de Igualdad e Inclusión en Nuevo León, hemos apostado por cambiar esta realidad. Creamos políticas que reconocen que maternar no es una tarea individual: estancias infantiles, apoyo a jefas de familia, impulso a cuidadoras, programas de crianza positiva, prevención de la violencia, atención a niñas y niños con cáncer o discapacidad, trabajo coordinado con DIF Capullos y estrategias como Hambre Cero, para mejorar la nutrición infantil.

Impulsamos un ecosistema de cuidados donde el Estado, el sector privado y la comunidad comparten la responsabilidad. Sabemos que no basta con reconocer el esfuerzo: hay que traducirlo en presupuesto, en servicios y en permanencia. Estas políticas no deben depender del ánimo de una administración. Deben sostenerse con visión de Estado.

Esta responsabilidad no recae en un solo nivel de Gobierno. Todos deben asumir su parte en esta deuda histórica con las madres. Desde garantizar la cobertura de servicios básicos y cuidados, hasta promover espacios laborales dignos, seguros y corresponsables.

Necesitamos un país donde maternar no sea un privilegio, ni una condena, sino una decisión respaldada. Donde exista una red real de cuidados, donde criar no implique renunciar a todo lo demás, y donde ninguna mujer tenga que maternar con miedo, exhausta o sin apoyo.

A todas las mamás que leen esto y a quienes las rodean: que el Día de las Madres no sea solo un homenaje, sino un parteaguas. Para cuestionar lo que hemos normalizado, para exigir políticas que trasciendan gobiernos y para construir una sociedad donde maternar sea una experiencia acompañada, digna y libre.

Ayer, maternar fue mandato. Hoy es batalla. Mañana debe ser elección consciente, posible y sostenida.


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Martha Herrera
  • Martha Herrera
  • Secretaria de Igualdad e Inclusión de Nuevo León
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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