Nuevamente México se encuentra con dos visiones contradictorias ante una tragedia nacional: la omisión y rapiña y los actos heroicos y la solidaridad.
En este caso como consecuencia de torrenciales aguaceros anunciados y la indiferencia e impreparación; el informe oficial es casi espeluznante: 76 fallecidos, 72 desaparecidos, de 108 municipios 69 en SOS, 160 poblaciones incomunicadas siendo las más golpeadas Veracruz, Puebla y San Luis Potosí.
Qué falló en esta ocasión: falta de una alerta agresiva de parte de las autoridades y la disposición para enfrentarse y amortiguar el golpe de la Naturaleza: el equivalente a preparar lanchas para evacuar el barco que se va a hundir… con los pasajeros listos para abordar.
En este caso no hubo personal experimentado como lo demanda el cargo de protección civil bajo un líder que lo pusiera en acción, como lo presume las prácticas de previsión.
La historia del ciclón Otis que pegó con saña en Acapulco, se repite.
Lo previsto o invertido en previsión no apareció, como una barda de contención del río Cazones en Poza Rica, otras obras, inconclusas, presupuestos desviados o ya inexistentes, como el Fonden.
Antes de la presencia de las autoridades, la población optó por salvarse bajo su propio riesgo pero impotente ante la destrucción de sus casas, la invasión de lodo y la pérdida del ganado arrastrado por la corriente.
Si bien hubo acciones heroicas de civiles, las hubo condenables de rapiña por el asalto oportunistas y no por aguda necesidad a los comercios; prevalecieron las manos libres para llevarse de los grandes almacenes enseres domésticos .
Nuevamente en acción soldados y marinos salvando vidas según el Plan DN III, llevando alimentos y evacuando personas. Se desplegaron 112 efectivos en 14 helicópteros, se prepararon alimentos calientes y agua potable.
A lo sucedido se le puede denominar “el momento de la verdad” ante omisiones y la corrupción, dejando al descubierto lo frágil que es el sistema institucional.
Se afirma que se aprende de los errores u omisiones, pero el aprendizaje aflora cuando haya quien tenga la habilidad de aprender a salvar vidas y bienes.