Ciencia y Salud

Libertad de pensamiento

  • Para Reflexionar
  • Libertad de pensamiento
  • Luis Rey Delgado García

La mayoría de los habitantes del mundo disfruta de libertad de expresión, mientras que en otras partes las opiniones son censuradas y las personas son castigadas por expresar libremente sus ideas. Sin embargo, esa libertad de expresión no siempre viene acompañada de libertad de pensamiento. Ser libre para expresarse supone necesariamente libertad para pensar.

Ciertamente hay que reivindicar la libertad de expresión, pero, por ejemplo, si lo que se expresa en un medio de comunicación es un pensamiento que no es propio, que se ha adquirido sin convicción y sin reflexión personal, entonces no se es libre de pensamiento por mucho que alguien sea libre para expresarse. Comúnmente defendemos la libertad de expresión, aunque no tenemos costumbre de detenernos a considerar si tenemos libertad de pensamiento. Entendiendo a esta como la oportunidad de tomar una decisión libre y meditada con la que elijamos nuestros valores sin condicionamiento cultural, político, social ni económico.

Desde la infancia, todo nuestro contexto social, cultural, político y familiar, nos transmite claramente lo que se espera de nosotros. Es decir, nos van indicando cual es nuestro sitio, el lugar que la vida espera que nosotros ocupemos. Lo habitual es que, desde niños, las personas que nos cuidan traten de hacernos partícipes de su manera de pensar de manera abierta, directa, o indirectamente, permitiéndonos contacto social con las personas que siguen su misma línea de pensamiento y no hablando demasiado bien de las que se oponen.

Estamos condicionados por lo que hemos vivido y habitualmente lo tomamos como punto de partida para construir el resto del mapa que configuran nuestros pensamientos. Por ello es difícil opinar o pensar de una manera distinta a la que estamos acostumbrados. Bien mostrando acuerdo hacia lo que piensan “los nuestros” o bien mostrando desacuerdo hacia lo que piensan “los otros”.

Puede ser que experimentemos rechazo y oposición a lo que nos enseñaron y que en contra de esto nuestras decisiones intenten oponerse de manera sistemática a lo que nos intentaron trasmitir, o experimentar una predisposición positiva a todo lo que aprendimos a valorar para construir nuestros pensamientos.

Para tener una base sólida que apoye nuestras opiniones habrá que tener una mente abierta, examinar todos los aspectos, hablar con otros y escuchar, informarse ampliamente, buscar a los expertos, verificar las fuentes de información y pensar con la mayor libertad posible, siendo lógicos y realistas para decidir posturas, lo que podemos decir y defender. En resumen: mente abierta, voluntad de escuchar, leer, y excavar en busca de la verdad y recursos para la investigación.

Todo ello para buscar tener verdaderamente libertad de pensamiento.


luisrey.delgado@grupolala.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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