La semana pasada, MILENIO publicó una nota en donde el Cómite de Evaluación y Seguimiento del Cuidado del Agua de Tamaulipas señalaba que, de los 43 municipios del estado, “25 se encuentran en semáforo rojo, 14 en amarillo y unicamente cuatro en verde”. Estos cuatro municipios en verde son Cd. Mante, Tampico, Cd. Madero y Altamira.
Es pertinente recordar que estos cuatro municipios pertenecen también a la Cuenca del Guayalejo-Tamesí, que incluye el Sistema Lagunario de la zona conurbada, Tampico, Madero, Altamira.
En diversas ocasiones hemos comentado que, cuando hay escasez de agua, todos reclamamos, nos manifestamos y nos empeñamos en buscar culpables.
Pero cuando de manera cotidiana abrimos nuestros grifos y el vital líquido fluye sin restricciones, ni limitaciones y con buena calidad, ese reclamo y esa molestia se nos olvidan.
Es muy importante crear conciencia generalizada de lo que está sucediendo en torno al cambio climático en todo el mundo, y muy particularmente en nuestra región.
Cuando se nos informa que el 91% de los municipios del estado se encuentran en rojo o en amarillo, respecto a su disponibilidad de agua, es forzozo analizar cómo es que solo el 9% está en verde en la temporada inminente de estiaje.
Expertos en temas de agua han calificado a esta región como una zona privilegiada, que cuenta con un gran tesoro, una gran disponibilidad de agua dulce, gracias precisamente a esta cuenca maravillosa del Guayalejo-Tamesí y el Sistema Lagunario.
No hemos dimensionado en profundidad sobre la importancia que esto tiene para esta generación y para las futuras.
Hemos sido muy irresponsables en la gestión integral del agua y nuestro entorno; simplemente revisemos: en nuestros recibos de agua y drenaje pagamos por un servicio de tratamiento de agua. ¿Alguien se ha preocupado por constatar que ese tratamiento se lleve realmente a cabo?
¿Sabemos qué porcentaje de la población paga con regularidad sus cuotas por el servicio de agua y drenaje? ¿Cuántas casas cuentan con medidor de consumo? ¿Por qué hay tomas clandestinas?
El día que escasea el agua o nos llega con altos niveles de salinidad, de inmediato señalamos culpables y exigimos soluciones. ¿Y cuando fluye en abundancia?
¿Recordamos los compromisos que hemos hecho como ciudadanos y autoridades para cuidar y preservar ese innegable tesoro que se nos heredó? Las respuestas son el nivel real de compromiso que hemos mostrado.
Luis Apperti Llovet