José de Jesús Zambrano Grijalva, presidente del PRD, en su juventud era un luchador social y tiene incluso un historial como guerrillero en la Liga 23 de Septiembre; recordemos que cuando tenía 21 años un policía le disparo al rostro, la bala le voló los dientes y le salió por el cuello, sobrevivió milagrosamente y por ello le apodaron el tragabalas.
Ahora, años después, pasó a ser el tragahumillaciones, pues se queja de que su partido es marginado por la alianza Va por México, la cual está convocando a una nueva concentración ahora en el Zócalo para el domingo 26 de febrero, que será como un seguimiento a la que se realizó el 13 de noviembre del 2022.
Parece que a la oligarquía ya le gustó hacer marchas para protestar contra el bienestar de los trabajadores, pues ellos todo lo tienen. Pero la disputa sin duda es por el país, no por la democracia.
Zambrano dice que se incorpora en esta coalición con el único objetivo de no permitir el triunfo de Morena en 2024. Pues sin duda los revolucionarios de ayer son los reaccionarios de hoy, lo cierto es que esta coalición más bien parece una colisión de ideologías y de ese desastre se piensa lograr un modelo económico para México, el cual es desconocido. Solo nos intentan convencer de que el modelo actual es inoperante, pero sin dar una alternativa económica viable.
Jesús Zambrano exige que la sociedad civil sea la depositaria del proceso de selección de candidatos, para que quienes quieren participar lo hagan y lograr candidaturas más competitivas, pero el PAN puso como condición que le dieran las candidaturas en el 2024 y esto fue convenido con el PRI a sus espaldas
Parece que el odio hacia López Obrador es como el pegamento de la coalición Va por México, pues no perdonan que les cobre impuestos a los más ricos, ni que redinamice al país y logre reducir el grado de dependencia del extranjero, pues eso atenta contra el poder corporativo dominante en México.
Recordemos que existía una cláusula en los estatutos del PRD que prohibía cualquier alianza con el PRI y con el PAN, pues eran “enemigos irreconciliables” cuando menos desde el punto de vista ideológico, pero les llegaron al precio y esa prohibición fue quitada precisamente por los denominados “Chuchos” cuando neoliberalizaron los estatutos del PRD, tal como los del PRI. Los del PAN no fue necesario.
Julio César Vega Olivares