Así se le conoce al cierre parcial o total de las oficinas gubernamentales en Estados Unidos con el objetivo de ahorrar recursos, cubrir el pago de servicios o nóminas consideradas esenciales, así como el pago de la deuda gubernamental emitida. La razón del cierre es la falta de acuerdos en la aprobación del presupuesto federal.
Así empieza octubre, con un shutdown que hasta hoy tiene cerradas a muchas dependencias consideradas como no esenciales. Lo increíble es que no haya acuerdos con una mayoría republicana, lo cual quiere decir que el presidente Donald Trump ya tiene a una fracción de su partido en contra, además de la fracción demócrata. Uno de los principales puntos de conflicto es el famoso servicio de salud conocido como “Obamacare”, que es muy popular, pero polémico.
Es incierto cuántos días más estará cerrado el gobierno. Hasta ahora, las consecuencias no han sido de alto impacto, pero, por ejemplo, el dato del empleo que debió haberse dado a conocer el viernes pasado no se publicó porque esa agencia de estadística no está laborando. El mercado ha seguido subiendo, da por hecho que esto no será dramático y que pronto habrá un acuerdo.
Si se extiende este paro en el gobierno de Estados Unidos, puede impactar al mercado. Podrían dejar de trabajar sectores esenciales como la policía, maestros, bomberos, etc. Y de prolongarse más, puede incluso no pagarse la deuda, cuyo vencimiento está próximo. ¿Va a llegar a ese extremo? No lo creo, y si llegara, entonces puede haber una corrección importante del mercado.
Siguiendo en la polémica del presidente Donald Trump, pues ha incluso mencionado que esta situación se puede aprovechar para optimizar la nómina gubernamental y muchos de los que hoy no están trabajando, no regresarían jamás.
Esta semana los focos estarán puestos ahí, y de no haber acuerdos, además de no conocer mucha información estadística que debiera publicarse, el ambiente se puede tensar y, con ello, empezar a ver correcciones. Este es un claro ejemplo de que la política puede afectar de manera negativa el panorama económico. Además representa un buen reto para el mandatario republicano, que no se imaginaba tener estos obstáculos al interior de su partido.