Política

PIGmentocracia para principiantes

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Estaba con mi familia platicando sobre la manera tan valiente como Chayito se enfrentó a la justicia dando la cara (solo se asustó cuando le anunciaron que la ASF le había advertido hasta en cinco ocasiones sobre la serie de triquiñuelas que forjaron la Estafa maestra, así que tenía que estar enterada de la desviación de 5 mil millones de pesos que tanto ha negado), hasta que mi santa madre resucitó un término ya olvidado para referirse a ella: “Tágara”, como de la “estaba la tágara pinta sentada en un verde limón”.

Fue entonces cuando apareció en las redes un capítulo más en la eterna pelea entre Chairos contra Fifís, en el que apareció un término, “Pigmentocracia”, que ha dividido aún más a la fanaticada en el estadio de la patria. Un concepto por supuesto equivocado que pretende hacernos creer que quienes son los felices poseedores de un rostro de tendencias caucásicas y anglosajonas siempre recibirán un mejor trato que cualquier moreno de fuego producto del encontronazo de dos mundos. Nada más falso, sobre todo si pensamos que en México todos somos “güeritos” aunque se demuestre lo contrario, sobre todo en mercados y tianguis, lo cual demuestra que llevamos centurias normalizando el Pantone de la piel, hermanos.

Es muy probable que gracias al clásico cinematográfico Angelitos negros, con Pedro Infante, comenzamos a superar los procesos discriminatorios.

Alegar que se ejercen relaciones sociales diferenciadas por cuestiones de color es tan absurdo como pensar que en México se aplica la discriminación por cuestiones económicas, de preferencia sexual y o si le van al América. Imposible. Hemos madurado tanto como sociedad que todo eso lo tenemos superado, pienso, desde que Zedillo (ese gran hombre que hoy es convertido en dios huichol por haber enfrentado el Horror de diciembre heredado por el inefable Charly Salinas, a fuerza de fobaproazos mientras decía que no traía cash) anunció que René Juárez Cisneros era el primer gobernador negro del país. Eso sin duda pavimentó el camino de la tolerancia y la inclusión.

Sin olvidar el momentazo en que el ex presichente Fox explicó que “los mexicanos hacen lo que ni los negros quieren hacer”.

La PIGmentocracia es como el PRI, no hay certeza jurídica de su existencia. O como la extinción de dominio: si no tienes casas como las de Zhenli Ye Gon, empresas fantasmagóricas ni casas blancas o en Malinalco, no puede afectarte.

jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto

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Jairo Calixto Albarrán
  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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