Solía decir Andrés Manuel López Obrador que su pecho no era bodega. Pues una variación de esa misma frase podría emplearse para hablar de su sucesora, Claudia Sheinbaum: ha quedado claro que el suyo no sirve de tapadera.
El sábado 12 de julio el general Miguel Ángel López Martínez, comandante en la 30 Zona Militar de Tabasco, reveló la existencia de una orden de aprehensión en contra de Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad Pública en esa entidad.
No hubo ingenuidad en esa declaración. Un militar de su rango jamás habría reventado esta noticia sin autorización de sus superiores y estos, a su vez, no la habrían otorgado sin permiso del Palacio Nacional.
Era bastante previsible lo que sucedería al día siguiente: la confirmación de que Bermúdez fue la cabeza de La Barredora tuvo un impacto grande, ya que se trata de un personaje próximo a Adán Augusto López, líder de la mayoría en el Senado y uno de los políticos más apreciados por el ex presidente López Obrador.
Quien sí tiene corazón de tapadera es el fiscal Alejandro Gertz Manero. Interrogado este martes sobre la posibilidad de que Adán Augusto López fuera llamado a declarar, el titular de la FGR respondió que no lo buscará hasta que Bermúdez Requena sea detenido.
Intriga la explicación del fiscal. Es su obligación investigar el origen de La Barredora y también la impunidad con que actuó esta empresa criminal y, sin embargo, Gertz no está dispuesto a mover un solo dedo al respecto.
Lo mismo está sucediendo con la serie de muertes que vienen ocurriendo en relación a la red de huachicol fiscal liderada por los hermanos Roberto y Fernando Farías Laguna.
En vez de investigar dichos homicidios, el fiscal prejuzga al asegurar, por ejemplo, que la del capitán Abraham Pérez Ramírez, responsable de la seguridad del puerto de Altamira, falleció por “un tema personal”, es decir, que se quitó la vida por razones ajenas a los delitos cometidos en ese mismo puerto.
Negar lo obvio no va a hacer que el problema sea menos grave, ni que la limpia violenta de testigos se termine.
Zoom: Gertz está parado frente al expediente más grande de corrupción de la llamada cuarta transformación. Dada la gravedad, mejor sería que su pecho no fuera bodega ni tapadera.