De los creadores de “Un magistrado comunista en el Au pied de Cochon”, “El eje Palenque-Caracas-Moscú-Terán nos quiere gobernar”, “Trump, invádenos y haznos un hijo”, “AMLO se quiere reelegir” y “Los indígenas no deben calzar Ferragamos”, aparece en cartelera “La increíble y triste historia de la cándida Kinky Téllez y el Noroñas desalmado”. Ahí aparece una muchacha que en el mejor estilo de Loret, Cascabel Hernández, Derechairistegui, la Dresser y toda la ultraderecha mediática reunida en los 300 Líderes (¿de veras creerán que Javier Alatorre es líder de algo?), sin aportar una sola prueba, acusó a Fernández Noroña de machista porque un día le dijo a la Téllez que no hiciera política, que mejor lavara los trastes.
Por supuesto, toda la derechairiza se le fue automáticamente encima al senador al que ya querían linchar, mientras le ponían veladoras a la senadora. Para mala suerte de los choznos de Alazraki, el fuego se apagó en cuanto se confirmó lo que aseguraba Gerardo: que nunca le había dicho tal cosa a su acérrima enemiga. Incluso varios usuarios recurrieron a Grok a ver si encontraban algo contra el morenista y nada de nada.
Por alguna extraña razón, en la ultraderecha nacional piensan que si admiten sus errores la gente los va a dejar de querer; digo, lo que ya deberían saber es que de por sí la gente no los quieren (80% del apoyo está en la presidenta Claudia Sheinbaum), así que si de vez en cuando rectifican hasta se ganarían algunos aplausos. Pero no, lo primero es tratar de tapar la realidad con un dedo, ponerse cual toro loco como Lord Montajes Loret, autodefinirse como perseguido político y pasar a hacerse las vístimas de una manera que no merece ninguna indulgencia y sí mucho asquito.
Y ahí tiene a su mejor alumno, Alito Moreno, exigiendo la protección de la Segob para pasar a aparecer rodeado de un bonche de guaruras que casi ni se ven gorilescos. Claro, después de interpretar “Préstame tu plancha y plánchame el alma”. Al Noroñas le inventan de todo y al dictador del PRI no le cuestionan ni las sobredosis de botox.
Por eso la muchacha que mandaron a la guerra sin fusil ya es mejor conocida como #LadyMentirosa. Entiendan que la mentira tiene que estar bien construida, no le puedes dejar esa tarea al chat de las tías panistas. El caso de Javier Milei es notorio: sus mentiras maniacas, corrupción y represión ya le costaron una sonora derrota electoral en Buenos Aires, donde la izquierda ha ganado. Y lo que sigue.
