Un atentado de lesa humanidad que este gobierno comunista haya grabado a las aguas negras del imperialismo, fuente inagotable de sacrosantos azúcares y de calorías bien calóricas que, según los fanáticos del doctor Gatell, no son buenas para la salud. ¡Patrañas!
Por eso me encanta ver a los machuchones de la derecha mediática, defendiendo hasta con los dientes a los chescos como Zedillo ha defendido el Fobaproa.
¿Es que nadie piensa en Caldedrunk? ¿Con qué ánimos andaría de vendepatrias si no pudiera echarse sus cubanderas y así ganarle a entreguista a Alito Merino, su acérrimo competidor?
Entiendan, morenos, los refrescos de cola son un producto milagro, al nivel del agua de Tlacote, el mariguanol y la chumelización de la opo.
Incluso, en vez de andarnos asustando con la sábana del muerto, el gobierno debería de hacer lo mismo que la muy trumpista Florida: se acabó la esclavitud y las vacunas ya no serán obligatorias, ahora los criterios sanitarios los impondrán los terraplanistas.
Las vacunas son, como diría King y Téllez del concepto soberanía, un invento de la presidenta Sheinbaum para no permitir una intervención para que Trump y su pandilla puedan convertirnos en sus mascotas.
En Miami los republicanos celebran el imperio del tétanos, la difteria o el sarampión y esperan con alegría el regreso de la peste bubónica. Aquí, apoyando a los refrescos, podríamos implantar un plan rápido y furioso para rendirle culto ¡a la hipertensión y a la diabetes!
Una atrocidad la de pegarle a los refrescos solo porque te puede dar un coma diabético. O sea, ni aguantan nada. Algo comparable con el paquete económico de la Presidenta que se concentra, tristemente, en temas sociales y del bienestar. No puede ser que se traicionen las máximas neoliberales que le ponen los ojos como huevo hervido a Salinas de Gortari.
Es increíble que, en lugar de quitarle a los pobres para darle a los ricos como ha sido tradicional, se busque el rescate de Pemex que patrióticamente endeudaron Calderón y Peña. No se vale que en lugar de atender las urgencias de glamour, el derroche y el atraco que tanto ha defendido el PRIAN, el Plan México busque incentivar el consumo interno, la productividad y no depender de gobiernos extranjeros. Ahora nos van a regañar por ir de shopping a Sant Antonio. Ash.
Con razón dice Alito que esta es una dictadura castrochavistacomunistaterrorista. ¡Ya, que regrese Felipe el espurio!
¡Que salven a las aguas negras del imperialismo!