Negocios

Reimpulsar el mercado de trabajo

Uno de los puntos más afectados por la disminución del dinamismo económico interno es el mercado de trabajo. Con una economía que este año crecerá menos del uno por ciento y con un enrarecido ambiente de incertidumbre internacional, los empleos en México no pasan por su mejor momento. En el último año se perdieron 200 mil puestos de trabajo, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.

La cuestión del mercado de trabajo es vital para cualquier economía: de los empleos dependen los trabajadores, los ingresos, el desarrollo de oportunidades, la posibilidad real de que millones de personas mejoren su nivel socioeconómico y, por ende, tengan una mejor calidad de vida. Cuando las proyecciones apuntan a que en 2025 se tendrá como resultado la generación de entre 150 mil y 200 mil puestos de trabajo, esto nos dice que no habrá suficientes oportunidades y que la situación económica de muchas familias será complicada.

En una economía tan grande como la mexicana, la generación insuficiente de empleos dice muchas cosas: que nuevamente la informalidad será la principal opción para los que busquen trabajo; que los niveles de desempleo juvenil seguirán altos y que no será nada fácil que los jóvenes obtengan su primer empleo, así como difícilmente mejorarán las condiciones de los puestos de trabajo. Precariedad y salarios bajos son dos características que tienden a quedarse.

El escenario no es de ahora, de este año o de esta década: es una tendencia que lleva muchos años y que se caracteriza por la notoria precarización de los empleos en un contexto de escaso crecimiento económico y de una limitada movilidad social. Esto significa que cada vez cuesta más conseguir buenos trabajos, que paguen bien, que sean estables, que tengan condiciones laborales y prestaciones de ley y, sobre todo, que permitan construir futuro. Para los adultos cada vez es más complicado acceder a un trabajo que les garantice una buena jubilación, en tanto para los jóvenes es casi un milagro conseguir un empleo que les permita comprar una casa o endeudarse para un proyecto de vida.

Hace falta un golpe de timón en el mercado de trabajo, no solo en el mexicano sino en el latinoamericano: la recuperación de los empleos de calidad, de los ingresos y de la capacidad de que un trabajo represente un cambio positivo en la vida de alguien es fundamental para las personas, para las familias y para la economía misma. Una economía con trabajadores que viven bien es una economía próspera, que tiende a crecer por su propio dinamismo y que además reduce la desigualdad.

La gran interrogante es cómo iniciar el movimiento contracíclico para revertir tantos años de empleos precarios, mal pagados y poca seguridad. ¿Cómo se asegura que los empleos tiendan a mejorar su calidad y no a seguir deteriorándose? Esta cuestión debería ocupar el escenario central en las discusiones sobre economía y sobre las necesidades de la gente. Necesitamos ideas, planificaciones y acciones.


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Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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