Negocios

Informales

Las proyecciones de crecimiento insuficiente para América Latina nos enfrentan con uno de los más añejos problemas que tenemos: la informalidad. De acuerdo con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región crecerá 2.4 por ciento en promedio en 2025, en tanto para 2026 se espera una cifra de 2.3 por ciento. Esto nos ubica en un escenario de crecimiento insuficiente y representa no solamente que no habrá una generación de empleos formales importante sino que la informalidad en el mercado laboral tiende a mantenerse e incluso profundizarse.

En los países latinoamericanos más de la mitad de los empleos son informales, de acuerdo a los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto significa que los puestos de trabajo no ofrecen seguridad social, salarios estables, prestaciones ni certezas sobre la continuidad de los trabajadores en sus puestos. La informalidad ofrece trabajo pero las condiciones son siempre inciertas, precarias e incluso azarosas. La mitad de los hogares latinoamericanos depende de ingresos del sector informal o, lo que es lo mismo, vive en el umbral de la incertidumbre económica para atender necesidades y proyectarse en el tiempo.

En el caso de México, la relación de este año es complicada: el pronóstico de crecimiento es de apenas 0.6 por ciento mientras que la informalidad en el mercado laboral es del 54 por ciento. No hay una generación suficiente de oportunidades de trabajo formal y con el escaso dinamismo interno la tendencia es la misma que en la región: la informalidad se mantendrá o se incrementará. Y con ello sabemos lo que pasa: trabajadores que acceden a empleos que no garantizan estabilidad ni ingresos ciertos, además de mantenerlos en la precariedad. Incluso los beneficios de la recuperación del salario mínimo no llegan hasta los informales.

La cuestión de la informalidad latinoamericana es compleja y de larga data. No solo se trata de la falta de formalización de las empresas sino de problemas de productividad, de burocracias que todo lo complican, de la carencia de apoyo a los emprendimientos, a los micro, pequeños y medianos empresarios. Y detrás de esto están los problemas estructurales de la falta de inversión educativa, en innovación, y en ciencia y tecnología. El círculo vicioso de economías que crecen poco, invierten poco en lo estructural y acumulan pobreza e informalidad: no hay suficientes empleos formales porque la economía no crece lo suficiente, y la misma economía no se desarrolla debido a la informalidad.

El gran problema es que seguimos en economías poco planificadas, que crecen al amparo de los buenos precios de materias primas o de algún viento favorable pero no tienen visión de futuro. Sin una estrategia a mediano y largo, lo más probable es que sigamos atrapados en la informalidad, en la precariedad y la inseguridad laboral, además de la pobreza y la desigualdad. Para evitar los mismos resultados hay que hacer cosas distintas.


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Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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