Política

Los chairos de America

El frío de Washington es distinto en el invierno del 2025. Cierto, el servicio meteorológico ha pronosticado una baja conservable de temperatura y una tromba invernal sin precedentes para un tercio de la población norteamericana, pero la sensación es por otros motivos: la división corta el ambiente.

La capital política norteamericana vive división en sus calles. La física, debido a las decenas, cientos de vallas anti ciclónicas que se han instalado alrededor del Capitolio y la Casa Blanca. Quien haya visitado Washington, sabe que la residencia oficial puede verse aunque sea de lejos desde el Parque Lafayette, cosa imposible ahora debido a los cercos de seguridad implementados.

La ciudad está tomada por miembros del ejército, Guardia Nacional y la policía metropolitana. Parece que no fue el frío -fuerte, sí, pero no insoportable- la principal causal de que la ceremonia de cambio de gobierno se trasladara puertas abiertas. Precaución, si no es que miedo a un desenlace poco festivo.

Será por esas precauciones que, entre sábado y lunes, la metrópoli se llena de tanquetas y bloques de cemento que eviten el paso a diversas vialidades. Las zonas restringidas aumentan hora por hora y, de hecho, el paso de Trump de presidente electo a presidente en funciones hacen que la seguridad en la Capital One Arena -sitio seleccionado para emular el desfile conmemorativo cancelado en exteriores- se multiplique.

Eso no evita que haya una marejada de seguidores del magnate convertido en estrella convertido en político desbordando las calles. Las gorras de MAGA se exponencial día tras día y el entusiasmo de los seguidores es la marca…además de su color de piel.

Todos blancos.

El frio es grueso pero no tapa la emoción de ponerse smokings rentados y vestidos de Ross (Dress for Less) era asistir a los bailes y celebraciones que cubren la ciudad. El medio oeste norteamericano invade la capital que, demócrata en su filiación política, no esconde el desprecio a estos seguidores que evitan cualquier juicio o crítica a su tótem que regresa al poder.

‘Daddy´s Back’, rezan las sudaderas que venden en las calles a un módico precio de 60 dólares por unidad. En los mismos puestos, encuentran muñecos, tazas, pines, imanes, relojes y gorras, muchos modelos de gorras con el ya célebre ‘Make America Great Again’.

Todo -incluidas las gorras- hecho en China.

Los simpatizantes son educados, por lo menos en este momento y espacio. Evitan hablar con soberbia y preguntan si las imágenes que toman las cámaras son buenas, si plasman su felicidad y esperanza, si el frío del invierno septentrional se tapa con el entusiasmo del momento político.

Las calles tienen un solo soundtrack: Village People. El ‘Y.M.C.A.’ que taladra el tímpano en cada esquina, en cada carroza que ofrece servicio. Lejos quedaron las palabras de aquella poetisa juvenil que pedía un nuevo derrotero para el país: el pasado está de regreso hasta en su banda sonora.

El lunes, Donald Trump dijo ser elegido divino para transformar a los Estados Unidos en un país que viva su época dorada. Para ello, la Unión Americana debe expulsar a quienes no nacieron en la Tierra Prometida, castigar a quienes habilitaron la invasión y exterminar a bandas y gobierno que permiten la intoxicación de su población.

El enemigo se llama México. Los simpatizantes de Trump -tan cercanos a los de la 4T- se la creen a la primera.

El caos se anunció en el frío de Washington, seguro se calentará antes de la primavera.


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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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