Gil cerraba ayer su página del fondo preguntando quién en Morena o entre los periodistas, más bien propagandistas del gobierno, le respondería algo a las infamias que Noroña cometió contra Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo, el alcalde de Uruapan ejecutado por agentes del narco. A pregunta expresa en la mañanera, la Presidenta respondió y pidió sensibilidad, solidaridad y respeto para Grecia Quiroz.
Gil lo leyó en su periódico oficial del régimen, La Jornada: “tras los dichos del senador morenista Gerardo Fernández Noroña, quien afirmó que ‘la ambición ya se le despertó y va por la gubernatura de Michoacán, se los firmo’, esto después de que Quiroz pidió se investigue a Raúl Morón y Leonel Godoy por el homicidio de su esposo”. La nota del diario ha tenido buen cuidado de omitir que Noroña llamó a Grecia Quiróz “fascista de ultraderecha”.
La Presidenta: “creo primero, en estos casos hay que ser muy… (sic), hay que respetar primero. O sea, la esposa del alcalde, hoy alcaldesa de Uruapan, no está pasando por un momento fácil, acaba de perder a su esposo. En esa parte tiene que haber una sensibilidad, para empezar”. Y luego agregó que en caso del debate político “ya es otro tema, creo que todo a su tiempo, todo a su debido tiempo. Hay que ser solidario en este momento, estés de acuerdo o no. Es mi opinión, y para lo político ya habrá otros momentos”.
Le llovió a Noroña en su milpa, y de plano señalado por la Presidenta como un sujeto sin sensibilidad, incapaz de respeto hacia una mujer cuya pareja fue asesinada.
Ahora mal sin bien: todos en el Morena (así se dice), los legisladores, los dirigentes del movimiento, el ex presidente Liópez, le han permitido llevar a esta vergüenza la política al grado cero de la ignominia. ¿Cómo llegó a la presidencia del Senado este hombre de Cromagnon? Que le pregunten a Liópez.
Coatlicue
Gil informa que pronto vendrá la Coatlicue, una computadora tamaño caguama que formará parte del Plan México. Gil se enteró leyendo su periódico MILENIO en una nota de Gaspar Vela. El titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones del gobierno federal, José Antonio Peña Merino, mejor conocido como Pepe Merino, anunció la creación de Coatlicue, un ambicioso proyecto de supercomputadora pública que forma parte del Plan México.
La máquina, que será construida en 24 meses, se convertirá en la más poderosa de América Latina y estará destinada a fortalecer la capacidad tecnológica y científica del país.
Dicen los que saben que Merino le sabe un rato a estos asuntos: Coatlicue tendrá una capacidad de procesamiento de 314 mil billones de operaciones por segundo, lo que equivale a superar en siete veces a Pegasus, la supercomputadora privada más grande de Brasil, que alcanza 42 mil billones de operaciones por segundo.
Pas mal, siempre y cuando no resulte como la farmacia más grande del mundo, como Dos Bocas, como el AIFA y otras tanta fantasías que poblaron la mente del ex presidente Liópez y resultaron carísimas.
Merino: “Estamos hablando de una computadora que ninguno de nosotros ha visto en su vida y que en dos años veremos construida en México”. Hasta se le puso chinita la piel a Gilga.
El gasto
La inversión pública será de 6 mil millones de pesos, con la expectativa de amortizar rápidamente el gasto gracias a las múltiples utilidades que generará. Merino subrayó que Coatlicue contará con 14 mil 480 procesadores y alcanzará un rendimiento medido en petaflops, equivalente a mil billones de operaciones por segundo.
Los petaflops sí están cañones y a Gamés le han dado un resultado sobrenatural, sobre todo cuando prepara las quecas con su frijol y su aguacate, luego se embarra el petaflops. Para chuparse los dedos.
Gil todavía no ha visto ni oído a los periodistas, perdón, propagandistas del gobierno, decir ni pío de su compañero de ruta Fernández Noroña. Delgado y Páez, al pizarrón. Aquí está la tiza: ¿qué opinan de Noroña?
Todo es muy raro, caracho, como diría, George Bernard Shaw: “cuando un tonto hace algo de lo que se avergüenza, siempre explica que es su deber”.
Gil s’en va