Gil leyó no sin melancolía que el módulo Peregrine, que partió este lunes a la Luna después de más de cincuenta años del último alunizaje de Estados Unidos, tan solo tiene 40 horas de combustible, por lo que el proyecto Colmena de la UNAM que viaja en el cohete no llegará a su destino. Gamés se enteró de esta mala noticia en su portal de MILENIO con información de la agencia EFE y meditó con los dedos índice y pulgar en el nacimiento de la nariz: no somos nada, a la poderosa nave se le acaba la gasolina. Ciertamente la ciencia puede ser tan simple y compleja como llegar a una gasolinería.
La Misión Peregrine Uno (PM1) se lanzó con éxito sobre el nuevo y poderoso cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA) desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, pero a las pocas horas empezó a perder energía. Oh, no, dioses del espacio sideral, perdió energía muy pronto.
De inmediato, la formación científica de Gamés lo llevó a una conclusión difícil de admitir: esa nave no llegará a la luna. Aunque los ingenieros habían logrado reorientar los paneles del módulo hacia el Sol para su abastecimiento energético y habían recobrado la comunicación con la nave, evidenciaron una “una pérdida crítica de combustible”, señaló Astrobotic, la empresa que aspira a “ofrecer un servicio de entrega a la superficie de la luna”. ¿Como un Amazon interplanetario? El señor Jeff Bezos nunca duerme, siempre trabaja. No está mal pensado, no faltan en nuestros días los lunáticos.
Erráticos
Como dijo el clásico: lo que puede fallar, fallará. Que nos lo digan a nosotros: el Tren Maya avanza como tortuga, los vuelos de la nueva Mexicana Militar de Aviación vuelan sin pasajeros, la farmaciota de Huehuetoca como que se atoró, la refinería Dos Bocas nomás no da ni gota de petróleo. Algo falló, ¿sí o no? Nosotros tampoco llegaremos a la Luna. Helas!
Pero volvamos al cohete: “Si los propulsores pueden continuar funcionando, creemos que la nave espacial podría continuar en un estado estable de orientación durante aproximadamente 40 horas más según el consumo actual de combustible”. Chin, se ve feo. Esto como que no jala. Pero, ¿y luego se queda la nave allá perdida sin la gasolina? Nadie explica bien, carambas, qué problema.
Ante el nuevo panorama, Astrobotic dijo que ahora el objetivo es acercar al módulo Peregrine “lo más posible” a la Luna antes de que pierda potencia. El módulo tenía por delante un viaje de 46 días para llegar a la superficie lunar y convertirse en la primera nave estadunidense en alunizar desde 1972 en el Apolo 17.
Gil informa: Peregrine transporta instrumentos científicos de la NASA como parte de su iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Lunar, cuyo objetivo será el estudio de la exosfera lunar (la capa externa), las propiedades térmicas del regolito lunar (la capa de materiales no consolidados que descansan sobre roca sólida), la abundancia de hidrógeno en el suelo del lugar de aterrizaje y el seguimiento al entorno de radiación.
Si usted entendió algo, por favor explíqueselo a Gilga. Total, lo que quiera decir, ya no ocurrirá por lo de la gasolina que ya falta. A estas horas les deben quedar como treinta litros de combustible.
Colmena
El proyecto Colmena de la Universidad Nacional Autónoma de México ayudaría también a comprender mejor los procesos y la evolución planetaria, buscar pruebas de la existencia de agua y otros recursos, y apoyar la exploración humana sostenible a largo plazo. Se trata de exploradores de unos 12 centímetros de diámetro y de menos de 60 gramos de peso que forman parte del proyecto Colmena, la primera misión lunar de este país.
El módulo Peregrine también transportaba un fragmento de roca del Monte Everest, y las cenizas y ADN de entusiastas del espacio como el creador de “Star Trek”, Gene Roddenberry. Gil hubiera mandado la tesis de Yasmín Esquivel como muestra de que en este planeta escasea esa vida inteligente que según Sagan debe existir en algún lugar recóndito del universo.
Todo es muy raro, caracho, como diría Pietro de Aretino: “La ambición es el estiércol de la alegría”.
Gil s’en va