A diferencia de lo que ha pasado en Europa, Canadá o Estados Unidos, en México el conflicto entre Israel y Palestina no ha sido un tema de controversia o debate público. En muchos países de Europa, las marchas en contra de Israel por los ataques hacia los habitantes de la “franja de Gaza” son frecuentes y en algunos lugares intensas (la disputa llega hasta los términos de referencia, por ejemplo, si la denominación de sus habitantes es palestinos o gazatíes).
Una de las pocas manifestaciones públicas que ha habido en nuestro país sobre el enfrentamiento entre Israel y Palestina se dio en la marcha en desacuerdo a la “gentrificación” de las colonias Roma y Condesa. La posición en ese contexto puede ser accidental o deliberada. En ambos casos, motivo de análisis.

En el resto del mundo y a nivel regional el tema no es menor. El caso de Estados Unidos es tal vez el más emblemático por la intensidad del debate, pero en Canadá, como otro ejemplo, la magnitud es similar. Probablemente, no nos esteramos en México de esta controversia por la cobertura mediática, pero no por ello se puede ignorar el fenómeno.
Las medidas que la administración de Donald Trump ha tomado en contra de universidades como Harvard o Columbia son los ejemplos más ilustrativos. Ambas universidades acusadas de permitir expresiones antisionistas o semitas han sido presionadas de distintas maneras.

Las explicaciones de por qué en México no es una preocupación relevante son diversas: migración; aquí no tenemos migración palestina o de países árabes reciente. La comunidad libanesa, que podría ser de las más presentes o amplias en nuestro país, no parece tener vínculos con sus ancestros de la región reciente o activamente.
Otro elemento puede ser la cercanía: salvo una consecuencia mayor, no parece que México pudiera verse afectado por el enfrentamiento en términos regionales. Finalmente, pueden serlas implicaciones: Ni por razones migratorias, comerciales o militares el problema nos alude.

Estas manifestaciones en la marcha pasan a ser relevantes, ya sea por el contexto o por el lugar. En la autobiografía intelectual de reciente publicación “Spinoza en el Parque México” (2022), Enrique Krauze hace un pequeño relato de la historia de la comunidad judía en la colonia Condesa. Es la historia de su propia familia de origen polaco judío ashkenazi que data de la década de 1920. Es decir hace un siglo.
Este lugar de migraciónal parecer no fue la primera elección, pero ante fronteras cerradas en Estados Unidos, la segunda mejor opción era México. Por cierto, historia similar a la de otras migraciones posteriores, incluso algunas recientes del sur del continente. México, no como primer destino, sino como segunda mejor opción (“second best”).
Pudo ser un mero accidente, pero podría no haber sido casual que la marcha empezara en el Parque México, centro de la colonia Condesa. Lo cierto es que todas estas expresiones se dieron en el contexto de la disputa con Palestina.

Parametría ha realizado mediciones sobre el conflicto, sobre la percepción de sus actores o de sus nacionales. El primer dato es que no se observa simpatía o animadversión clara hacia las poblaciones Medio Oriente en general. Aunque en el agregado todas son percepciones negativas y la opinión se observa más bien dividida. Las opiniones claramente negativas son las de los grupos terroristas árabes, ya sea Hamás o Hezbollah.
Quien recibe mejores opiniones son los palestinos, pero en la sumatoria son más sus opiniones negativas que positivas. En segundo lugar está Israel, pero el resultado es similar. Imperan las opiniones negativas.
Una posible explicación de estos números, es que los mexicanos evitamos el enfrentamiento en general. Todo aquello que implique guerra o violencia no es de nuestro agrado. A ello habría que sumarle nuestra falta de información, interés, o simplemente ignorancia de estos conflictos.

Nuevamente, en esta como en muchas otras marchas, es necesario cuestionar la representatividad de sus demandas. Por los datos con los que contamos, no parece que sean muy representativas de la opinión pública nacional y al parecer mucho menos de los pobladores de las colonias que dijeron defender Roma Condesa. En particular esta última, que se precia de ser uno de los primeros asentamientos de la colonia judía de este país.
Nota Metodológica: Población objetivo: Personas de 18 años en adelante con credencial para votar vigente. Representatividad: Nacional. N° de encuestas: entre 800 y 1,200 entrevistas cara a cara en vivienda en los distintos meses que se hicieron las mediciones. Método de muestreo: aleatorio sistemático con probabilidad de selección proporcional al tamaño. Marco muestral: secciones electorales reportadas por el INE. Nivel de confianza estadística: 95%. Margen de error: entre (+/-) 2.8 % - 3.5 %. Diseño de cuestionario, muestra, operativo de campo y análisis: Parametría S.A. de C.V.