La luna de miel del nuevo gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, ya terminó. Enfrenta ahora, si es que quiere pasar a la historia como buen gobernador, una dura realidad que tendrá que domeñar con inteligencia, honestidad y diligencia, a saber: la falta de agua, los altos índices de contaminación ambiental y muy serios problemas de movilidad urbana.
La inteligencia que hasta ahora ha mostrado es para negociar beneficios para Nuevo León con el gobierno federal, cosa que no hizo El Bronco, quien al quedar muy lejos del marcador final de la carrera por la presidencia regresó a continuar con el cargo de gobernador.
Sí, pero no con la serenidad necesaria para concluir su mandato y una sana apertura a los cambios del nuevo régimen, sino con la sangre caliente, tratando de hacerse notar en la desaparecida Alianza Federalista de Gobernadores como la voz más crítica contra el gobierno federal.
La mejor forma de defensa es el ataque, eso lo sabe bien El Bronco; de ahí que, consciente de sus travesuras, en realidad lo que buscaba el hoy presidiario era proteger su salida. Pero, al desinflarse la Alianza Federalista, no le salió la jugada. Además, tal vez no creía que Samuel tuviera las agallas suficientes para empujarlo a la cárcel, algo de lo que se jacta.
En cuanto a la honestidad de Samuel, quiero creer que sí la posee y que, lo mismo que el gobierno federal, hace de la lucha contra la corrupción su principal bandera. De no ser así y su discurso contra la corrupción resultara ser un señuelo, entonces, como en Edipo Rey, habría que ir a buscar la Esfinge para que nos ayude a huir de nuestro cruel destino por medio del conocimiento de las causas que lo generan.
Ahora bien, para luchar contra la corrupción, tanto Samuel como los diputados de oposición que integran la LXXXVI Legislatura del Congreso del Estado luchan por tener bajo su control la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE).
En estricto derecho, no solo porque ésta es un órgano administrativo, sino también porque no vivimos en un régimen parlamentario, sino en un régimen presidencial, dicho órgano debe estar en el ámbito del Ejecutivo.
Que ahora, ya terminada la luna de miel de Samuel, el Congreso quiera arrebatar la UIFE, es la respuesta a la arrebatinga del canto de la sirena del MC. A estas alturas del partido, que apenas comienza, está por verse que haya reforma integral de la Constitución local.
Efrén Vázquez Esquivel