Política

El segundo año de gobierno, entre la inercia y la promesa

  • ADN mexiquense
  • El segundo año de gobierno, entre la inercia y la promesa
  • Eduardo Garduño Campa

El segundo año de gobierno de Delfina Gómez Álvarez en el Estado de México ha llegado, y con él, la inevitable necesidad de hacer un balance de su gestión. Si bien es cierto que la transición de un partido político que gobernó la entidad por casi un siglo no es una tarea menor, y que el primer año estuvo marcado por la consolidación y el aprendizaje, el segundo debe ser el de la aceleración, el de la concreción de las promesas de campaña.

Sin embargo, la inercia del pasado aún pesa, y la esperanza del cambio se ha topado con la cruda realidad de la burocracia y los desafíos estructurales.

Uno de los principales ejes de la crítica se centra en la seguridad. El Estado de México sigue siendo una de las entidades más violentas del país. A pesar de los esfuerzos y las estrategias implementadas, los índices de homicidio, robo y extorsión no parecen ceder. La ciudadanía, que esperaba una reducción drástica de la delincuencia, se siente aún vulnerable. Es fundamental entender que la seguridad no es solo una cuestión de cifras, sino de percepción y de tranquilidad en el día a día.

En el ámbito económico, si bien se han impulsado proyectos de infraestructura y se ha buscado atraer inversión, la informalidad sigue siendo un problema grave.

El gobierno estatal debe generar las condiciones para que la iniciativa privada se sienta segura y motivada para invertir, creando así un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo.

La agenda social, que fue uno de los pilares de la campaña de la gobernadora, también ha tenido sus claroscuros. A pesar de los programas sociales que se han implementado, la pobreza y la desigualdad persisten en vastas zonas de la entidad. La dispersión de los apoyos y la falta de una estrategia integral que aborde las causas estructurales de la pobreza han limitado el impacto de estas acciones.

Es de reconocer que el gobierno de Delfina Gómez ha iniciado un proceso de reorganización administrativa y de saneamiento de las finanzas públicas, lo cual es un paso positivo. El segundo año de gobierno debe marcar una diferencia clara y contundente respecto a la administración anterior.

El gran desafío de la gobernadora para la segunda mitad de su mandato es romper con la inercia del pasado. Debe seguir escuchando de manera activa a la ciudadanía, y enfrentar de manera más enérgica los problemas que aquejan a la entidad.

Por la esperanza que la llevó al poder, la ciudadanía del Estado de México que confió en un cambio espera ver resultados tangibles.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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