A una semana de que se llevó a cabo la marcha en un principio convocada aparentemente por la generación Z y que luego poco a poco se fue aclarando que no había tal coordinación por parte de quienes pertenecen a ese núcleo de edad, basta señalar que no hubo por parte de los convocantes una ascendencia clara y real para que en la capital mexiquense se llevara a cabo un evento que se distinguiera por la presencia de jóvenes.
Es más, en un sondeo en varias universidades de la zona, incluyendo públicas y privadas, antes de la marcha los jóvenes mostraron poco interés por participar, y después un desconocimiento total de lo que sucedió el sábado 15 de noviembre.
Algo que destaca desde siempre en la zona de Toluca y sus alrededores es la falta de interés de muchos de los sectores sociales por participar en eventos con algún fin legítimo o de lucha social.
Lamentablemente los jóvenes de Toluca y sus alrededores no mostraron interés en participar en este evento, tampoco en otros en los que han sido convocados, porque a decir de los especialistas les hace falta conciencia social, y sin duda alguna esta apatía que muestran es producto de la imposición ideológica del modelo económico neoliberal.
Si bien hubo una marcha en Toluca la semana pasada, el número de participantes no demuestra realmente el peso social que tienen los jóvenes en el momento en que deben exigir y demandar una mejor política gubernamental, que reflejen mejor las condiciones de vida de ellos. Pero están más interesados en ver algún partido de fútbol, que realmente introducirse a los problemas que marca la agenda.
Mientras los políticos se desgarran y se ofenden unos a otros en aras de jalar agua para su molino, según la coyuntura y a quien beneficie o a quien perjudique un evento, los jóvenes muestran apatía hacia los políticos y sus postulados, y eso sin duda alguna afecta severamente a quienes desean un mejor país.
Ojalá que los políticos en lugar de aprovecharse de las circunstancias y tratar de sacar raja política de un evento trágico, se dediquen a buscar a los jóvenes y a sumarlos, no a sus causas políticas, ni ideológicas, ni partidistas, sino a interesarlos para que se integren en las demandas justas por un mejor país en seguridad, en economía, en empleo, en salud y en educación.
Lamentable que sea escasa la participación de los jóvenes en estas convocatorias, que tienen como fin mejorar sus condiciones de vida, y sólo sean las redes sociales las que muevan la agenda política y social, pero que en los hechos no tiene un impacto real para que se den esos cambios que tanto se anhelan.
La oposición está perdida y el gobierno no aprovecha este momento histórico que tiene para tomar decisiones y que realmente se note un cambio y mejore en todo, pero ante la pasividad social y ante la falta de propuestas de la oposición, el gobierno se le lleva ligera.
Y la generación Z, ausente. Ojalá los jóvenes despierten