El caso de La Colombiana pone al descubierto la pérdida de uno de los principios básicos del periodismo: verificar la información.
Geraldine Fernández Ruiz salió en cuantos medios de comunicación le solicitaron su presencia: periódicos, programas de televisión, podcasts. Su talento y sus dichos jamás se cuestionaron, y por eso se presumía como un orgullo nacional en Colombia, ¿y cómo no? si había trabajado con el mismísimo legendario creador japonés Hayao Miyazaki, en la película El niño y la garza, ganadora del Globo de Oro la semana pasada.
Solamente bastó que ella dijera que había sido parte de 250 ilustradores que trabajaron en la animación para que de medios nacionales e internacionales le llovieran solicitudes de entrevistas, porque cómo no iban a traer la nota de la joven estudiada en Tokio que trabajó en el emblemático Studio Ghibli; hasta pláticas fue a dar en universidades.
Pero la mentira se revela en los detalles, y fueron éstos precisamente los que terminaron por poner en evidencia a La Colombiana, quien dijo haber realizado hasta dos millones de fotogramas de la película, o sea, casi un tercio del total, y eso abrió a otras preguntas, como la falta de su nombre en los créditos.
Al final, Geraldine reconoció haber “exagerado” su contribución, aunque tampoco ha probado su participación en la cinta. Las disculpas y el reconocimiento de las declaraciones falsas llegaron tarde. Medios como El Heraldo, El Tiempo e Infobae ya la habían puesto en sus encabezados… y después tuvieron que echarse para atrás.
Este fue un caso viral, pero no aislado. La generación constante de información y la competencia de los medios tradicionales con las redes sociales ha provocado que cada vez más se priorice la inmediatez y la cantidad sobre la calidad de las notas que se ofrecen.
La verificación de datos es básica en cualquier ejercicio periodístico, y al omitir esa responsabilidad los medios se convierten en un simple replicador de tendencias. Ni Geraldine ni quienes se hicieron de su historia se acordaron que el diablo está en los detalles.