Política

Al final ¿que encontramos?

Nos vamos acercando cada vez más al final de año, uno más o uno menos, como esté el ánimo de cada quien. Para mí siempre es uno más, de experiencia, de convivencia con los míos, de trabajo y construcción de metas personales. Un año más de celebrar y festejar. Un año más de vida.

Serán tal vez, como para muchos mexicanos, fechas de reencuentro y conversación entre familias y amigos, el suficiente para hacer un recuento, un inventario de aquello que nos propusimos a finales del ciclo pasado, metas importantes, y algunas necesarias que nos llevarían a tener esa extraordinaria sensación de felicidad.

Esas fechas siempre me han parecido maravillosas, por el estallido de colores, olores, cercanía y fraternidad que permeable casi por todos lados. Y qué decir de las posadas, que junto con el día de muertos en los que las calles se visten de colores, recreando la imaginación de quienes recuerdan nuestras tradiciones, me hace sentir el orgullo de ser mexicana. Sin lugar a dudas, las fiestas decembrinas provocan una explosión colectiva de felicidad y alegría; fraternidad y hermandad.

Sin embargo, perfilando a la conclusión de año, quiero llamar su atención, estimado lector, sobre el inventario social, por lo que vemos de este organismo que conocemos como sociedad: está enfermo, tiene metástasis en diversas zonas del tejido, y se manifiesta recurrentemente de diversas formas, con noticias, dolorosas la mayoría, y vergonzosas todas.

Baste ver un momento los informativos u hojear los diarios para constatar los efectos de esa “enfermedad”. En lo personal, una intenta construir una explicación sobre los motivos y las razones que existen para entender qué es lo que está pasando; ya las fórmulas maniqueas no son suficientes para tranquilizarnos, o confiarnos en que son eventos pasajeros.

Lamentablemente la realidad se encarga todos los días de recordarnos que ello está instalado en nuestra cotidianidad. Nuestro país está enfermo, y a muchos se nos dificultara vivir en plenitud las fiestas por venir, las celebraciones por realizar, pensando en aquellos que deberían estar con nosotros, entre su gente, con los nuestros.

Poco podemos hacer aislados y divididos, lo que alcanzo a pensar es que, quienes nos duele la Patria y nos resistimos a guardarnos en nuestras casas a escuchar sólo los quejidos de la enfermedad, debemos buscarnos y conversar porque, sin lugar a dudas, somos muchos más los buenos que amamos a este México lastimado.


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Carolina Monroy
  • Carolina Monroy
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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