Ha de ser cumplida la exigencia de la presidenta Claudia Sheinbaum al fiscal general de la República para que concluya la investigación del Izaguirre Ranch, si no quiere que instancias internacionales y ONG se apoderen de la narrativa, invadan, ocupen y manipulen las investigaciones de esa escuela de asesinos.
El sitio de exterminio humano que Alejandro Gertz niega y de reclutamiento y adiestramiento de sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación hizo que ya tocara la puerta el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU cuando dio a conocer (el viernes) el inicio de un procedimiento contra México, donde se registran desapariciones forzadas de manera sistemática.
Tal diagnóstico puede ser llevado a la mismísima Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ayer, con Joaquín López-Dóriga, Carlos Penna reportó que en los primeros seis meses de Sheinbaum el número de desaparecidos es mayor 98 por ciento a la cifra en el mismo lapso de López Obrador: pasó de tres mil 996 a siete mil 901.
La Presidenta no quiere repetir el grave error del gobierno de Peña Nieto cuando dio entrada al corrosivo GIEI en el caso Iguala (paradoja: intervención que fue promovida por el movimiento lopezobradorista en que milita la mandataria). Aquella acción podría hoy revertírsele y la única fórmula para detener lo que parece inminente es que Gertz termine cuanto antes su investigación.
No bastará la nota diplomática que Sheinbaum dijo se enviaría a la ONU (son delitos de lesa humanidad) y de nada sirve que la Secretaría de Gobernación pida a ese organismo ser “responsable” antes de acusar sin pruebas.
Menos ayuda la sectaria titular de la desnaturalizada Comisión Nacional de los Derechos Humanos atacando y diciendo que la postura de la ONU está “descontextualizada” y niegue lo evidente: que México vive una grave crisis de desapariciones. Para apoyar la postura del gobierno de negarse a una intervención de instancias internacionales, dice que “experiencias previas con misiones extranjeras o medidas impuestas desde el exterior han demostrado poca eficacia y en algunos casos incluso han complicado lo que se pretende remediar”. Es obvio que se refiere al caso Iguala y a la nefasta intervención del GIEI, de la Comisión Interamericana de DH y de la propia Oficina del Alto Comisionado de la ONU.
Para detener la avanzada internacional tampoco va a servir el “pausado” Proyecto de Reforma sobre Desapariciones ni la buena cara de Gobernación para recibir a las madres buscadoras.
Indira Navarro, de Guerreros Buscadores de Jalisco, dice que en la investigación de la FGR se está confirmando lo que su colectivo investigó y halló desde un inicio en el rancho Izaguirre: que había fosas crematorias con restos humanos calcinados y que se trataba de un sitio de entrenamiento del crimen organizado.
Gertz Manero no tiene para dónde hacerse.
Más le vale, y a la Presidenta también, concluir pronto la investigación e informar la verdad oronda y lironda...