Las enfermedades no transmisibles como la diabetes, los infartos, el cáncer y las afecciones respiratorias crónicas son responsables de alrededor del 80 por ciento de todas las muertes en México, una proporción que refleja una crisis que avanza más rápido que las respuestas del sistema de salud, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su nuevo reporte Reporting on the World’s Biggest Killers (2025).
De acuerdo con el más reciente Noncommunicable Diseases Progress Monitor de la OMS, México registra al menos 521 mil 800 muertes anuales por enfermedades no transmisibles, equivalentes a ocho de cada 10 defunciones en el país, y enfrenta una probabilidad del 16 por ciento de morir de manera prematura antes de los 70 años a causa de una enfermedad crónica.

Con una población estimada de 127.5 millones de habitantes, las principales causas de muerte son las enfermedades cardiovasculares, los cánceres, la diabetes y las afecciones respiratorias crónicas, seguidas de las enfermedades hepáticas y renales.
México se ubica dentro del grupo de países de ingresos medios con los niveles más altos de mortalidad por enfermedades no transmisibles, junto con India, Indonesia, Egipto, Nigeria, Pakistán, Bangladesh, Filipinas, Sudáfrica, Etiopía y Kenia. Se trata de países, mencionó la OMS, que enfrentan una carga desproporcionada de muertes por infartos, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. En ellos, las enfermedades no transmisibles no solo matan más, sino que lo hacen a edades más tempranas, empujando a millones de familias a la pobreza.
Un perfil de país de ingresos medios con problemas de países pobres
El documento señaló que en estas naciones, incluyendo México, la desigualdad estructural y los sistemas de salud fragmentados perpetúan la brecha con los países ricos, donde las muertes por enfermedades crónicas tienden a disminuir. Además, la contaminación del aire agrava el panorama: el 90 por ciento de las muertes derivadas de esta causa ocurre en países de ingresos bajos y medios, categoría en la que la OMS incluye a México.

Este patrón de mortalidad, semejante al de las economías más pobres, refleja los rezagos en la prevención, el control de factores de riesgo y la limitada capacidad del sistema sanitario para detectar enfermedades a tiempo.
Obesidad, diabetes y cáncer: los principales enemigos de la salud
En México, tres de cada cuatro adultos viven con sobrepeso u obesidad y uno de cada tres niños ya presenta exceso de peso, una situación que eleva el riesgo de padecer hipertensión, diabetes tipo 2 y varios tipos de cáncer.
De acuerdo con el NCD Country Profile 2018, el 24 por ciento de las muertes por enfermedades crónicas corresponden a padecimientos cardiovasculares, el 12 por ciento a cáncer, el 15 por ciento a diabetes y el 6 por ciento a enfermedades respiratorias crónicas, mientras que el resto se atribuye a otras afecciones metabólicas y causas relacionadas.

Políticas pioneras pero aún insuficientes
Si bien la OMS informó que México ha sido pionero en aplicar impuestos a las bebidas azucaradas y el etiquetado frontal de advertencia, políticas replicadas en más de 50 países como parte de las llamadas mejores inversiones en salud pública, las medidas de prevención continúan rezagadas frente al peso de las industrias alimentaria, tabacalera y de alcohol, las cuales mantienen una fuerte influencia sobre la regulación sanitaria y fiscal.
El Progress Monitor 2020 evidencia además que México ha alcanzado plenamente solo una parte de las políticas recomendadas por la OMS, como las campañas de actividad física y la restricción de grasas trans.
Otras, como el control del tabaco y el alcohol, las políticas integrales sobre sal y sodio, y la disponibilidad de medicamentos esenciales, se consideran parcialmente cumplidas, mientras que las estrategias de consejería médica para prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares permanecen sin implementar completamente.

Cuando se recortan los presupuestos de salud, los niños con cáncer mueren por falta de tratamiento y los adultos mayores fallecen antes de tiempo porque no pueden pagar su atención. Ninguna persona debería quedar sin tratamiento por el lugar donde vive o por su nivel de ingresos, alertó Gabriela Sotomayor, coautora del informe y corresponsal ante Naciones Unidas.
La OMS calculó que invertir tres dólares por persona al año en medidas de prevención, como impuestos a productos nocivos, etiquetado frontal y acceso a medicamentos esenciales, podría salvar 12 millones de vidas y generar beneficios económicos por más de un billón de dólares hacia 2030.

No obstante, el panorama mexicano refleja un problema que se repite a escala planetaria.
Según la OMS, más de 43 millones de personas mueren cada año por enfermedades no transmisibles, lo que equivale a tres de cada cuatro defunciones en el mundo.
De ellas, 18 millones son muertes prematuras, es decir, ocurridas antes de los 70 años, y el 83 por ciento se concentra en países de ingresos bajos y medios como México, donde el acceso desigual a la atención médica y los medicamentos agrava el problema.
En 2021, siete de las 10 principales causas de muerte mundial fueron enfermedades no transmisibles, entre ellas enfermedad cardíaca isquémica, accidente cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Alzheimer y otras demencias, cánceres de pulmón, tráquea y bronquios, diabetes mellitus y enfermedad renal crónica.
Factores de riesgo y costos millonarios
El informe identificó cinco detonantes que impulsan la epidemia global de enfermedades crónicas como tabaquismo, consumo nocivo de alcohol, dietas poco saludables, contaminación del aire e inactividad física. Cada año, el tabaco mata a más de siete millones de personas, mientras que el alcohol causa 2.6 millones de muertes, de las cuales 1.6 millones están relacionadas con enfermedades no transmisibles. La contaminación del aire, interior y exterior, se asocia a 6.7 millones de fallecimientos anuales, casi el 90 por ciento en países de ingresos bajos y medios.
En México, estos riesgos se acumulan: el 70 por ciento de la población no realiza actividad física suficiente, los alimentos ultraprocesados son más baratos y accesibles que los frescos y el consumo de tabaco y alcohol entre adolescentes sigue al alza pese a las campañas restrictivas.
La OMS calculó que las enfermedades no transmisibles cuestan más de siete billones de dólares al año a las economías globales por gastos médicos, pérdida de productividad y retiro laboral anticipado.

En contraste, invertir apenas tres dólares por persona anualmente en las intervenciones recomendadas, como impuestos saludables, control del tabaco y acceso a medicamentos esenciales, podría salvar 12 millones de vidas y generar más de un billón de dólares en beneficios económicos para 2030.
Las enfermedades no transmisibles son una crisis sanitaria, económica y social, explicó el investigador Bruce Lee, autor de la sección sobre finanzas del informe. No invertir en su prevención cuesta mucho más que actuar a tiempo.
El poder del cabildeo corporativo
La OMS denunció que las grandes corporaciones de alimentos, tabaco y alcohol utilizan estrategias de cabildeo y desinformación para frenar políticas de control.
Estas industrias financian estudios científicos, organizaciones civiles y campañas mediáticas con el fin de sembrar dudas sobre los riesgos de sus productos. El conflicto de interés es corrupción, advirtió Chris van Tulleken, médico y profesor de la University College London. Cuando un científico habla en nombre de una empresa y el público lo cree, se pone en riesgo la salud de millones.
La salud como derecho, no como privilegio
La OMS subrayó que las enfermedades no transmisibles son prevenibles y que los países con políticas públicas integrales logran reducir muertes y costos en menos de una década. La salud no debe ser un privilegio, sino un derecho, dijo Gaya Gamhewage, directora de Comunicación del organismo.
Cuando el público comprende los riesgos y los gobiernos sienten la presión, el cambio ocurre.
En México, el desafío será sostener las políticas de prevención y ampliar la cobertura médica para quienes ya viven con enfermedades crónicas.
De no hacerlo, advirtió la OMS, la próxima década podría consolidar a las enfermedades no transmisibles como la principal causa de muerte y pobreza sanitaria en el país.
La historia de las enfermedades crónicas no transmisibles, concluyó la OMS, es una historia que aún espera ser contada. Contarla con datos, con rostros y con urgencia puede cambiar vidas.
LP