La Revolución Industrial se inició en Inglaterra, por tener una sociedad dispuesta al cambio. George Stephenson perfeccionó la máquina de émbolo y creó la locomotora, hace casi doscientos años, inaugurando la línea Stockton-Darlington el 27 de Sept. de 1825, arrastrando coches de pasajeros y carga de minerales para ser embarcados en la costa, seguida por otras líneas. La construcción de vías ferroviarias en Europa estimuló el crecimiento industrial y el agrícola de inmediato. La aparición de la máquina influyó en el aumento, a gran escala, de la economía, redujo los precios de las mercancías, y abrió nuevos mercados.
En los Estados Unidos, entre 1830 y 1860, apareció el ferrocarril junto con el barco de vapor, el telar mecánico y el telégrafo. A principios del siglo XX hubo expansión ferroviaria en Rusia, China, Japón, Australia, Canadá, y en México, gracias al impulso del Presidente Porfirio Díaz Mori.
Bajo el gobierno de don Antonio López de Santa Anna, en 1850, se construyeron 14 Km. De vía entre la Cd. de México y El Molino. Bajo el imperio de Maximiliano se concedió a una compañía inglesa, Cía. Limitada del F.C. Imperial Mexicana, con subsidio del Estado, la concesión de la vía México-Apizaco, 139 Km. que inauguró el emperador. Luego don Benito Juárez expidió un decreto otorgándole la propiedad perpetua, fuertemente atacado por la prensa, hasta que se modificó el convenio. En Sept. de 1860 se inauguró el tramo Apizaco-Puebla y el resto hasta Veracruz se terminó en Dic. de 1872, ya fallecido Juárez.
El 1 de enero de 1873 salió el Presidente Lerdo de Tejada con su comitiva y un nutrido grupo de periodistas, recorriendo los 424 Km. a Veracruz, vía Orizaba. “El Federalista” escribía: “La locomotora van constantemente orillando abismos … Tantas sinuosidades tiene la vía que parece una enorme serpiente”,
Se iniciaba en México una nueva era de modernidad. Hoy la continuamos.
María Luis Herrera Casasús