Las enfermedades no transmisibles (ENT) como cáncer, diabetes, cardiovasculares y respiratorias crónicas son una pandemia. En la región de las Américas 65 por ciento de las muertes son atribuibles a las ENT. Además, 67.5 por ciento de los adultos y 37.6 por ciento de los niños y adolescentes sufre de sobrepeso u obesidad, lo que significa un aumento en el riesgo de padecer ENT.
Ante este panorama, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS y OMS) coinciden en que una de las medidas más costo-eficaces, equitativas y transformadoras es la implementación de impuestos saludables a productos como tabaco, alcohol y bebidas azucaradas porque cumplen una doble función: reducen el consumo de productos dañinos y contribuyen a prevenir las ENT, y generan recursos que los gobiernos pueden destinar a salud y protección social.
La evidencia demuestra que los impuestos saludables salvan vidas, reducen desigualdades y fortalecen los sistemas de salud. Al elevar el precio de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas se desincentiva su consumo, sobre todo en los hogares de menores ingresos, que son también los más vulnerables a las consecuencias de las ENT. Por eso la OPS y la OMS recomiendan implementar este tipo de impuestos como una herramienta esencial de política pública para prevenir y controlar esta pandemia.
En las Américas hay un gran margen para fortalecer los impuestos saludables. De 2014 a 2024 solo siete países lograron que los productos de tabaco fueran menos asequibles y tres han alcanzado el umbral recomendado por la OMS, es decir, elevar a 75 por ciento el precio de venta al público. En el caso del alcohol, la región tiene una de las cargas tributarias más bajas del mundo y es la segunda con los precios más bajos para estos productos. En bebidas azucaradas los impuestos suelen ser bajos y no cubren todos los productos, limitando su impacto en la salud pública.
México ha demostrado que avanzar es posible. En 2011 implementó un impuesto específico al tabaco y en 2014 a bebidas azucaradas con un objetivo de salud pública, reduciendo su consumo, sobre todo en hogares de menores ingresos.
Los impuestos saludables enfrentan resistencia de actores con intereses comerciales que manipulan información y presionan activamente para debilitarlos, retrasarlos o evitarlos. La evidencia internacional y nacional señala que los hogares de menores ingresos obtienen mayores beneficios en salud al reducir el consumo; las economías se fortalecen al disminuir los costos en salud y aumentar la productividad, y los riesgos de comercio ilícito pueden controlarse fortaleciendo la administración tributaria y el cumplimiento de la legislación.
Para la OPS y la OMS los impuestos saludables son una política de salud pública y una de las decisiones más efectivas, necesarias y humanas que se pueden tomar para frenar las epidemias de las ENT que cada año afectan a millones de personas. Este tipo de impuestos son parte del menú de opciones de política que se recomiendan en el Plan de Acción de la OMS para la Prevención y el Control de ENT 2013-2030, que combina eficacia, equidad y viabilidad incluso en contextos de recursos limitados.
México ha tenido avances en la prevención y control de las ENT y hoy se tiene la oportunidad de fortalecer estas políticas a favor de la salud pública. Los impuestos saludables salvan vidas y ayudan a los países a avanzar en la agenda de bienestar de todas las personas. Al proteger estas medidas de los intereses comerciales se busca garantizar el derecho a la salud de la población.

Organización Panamericana de la Salud (OPS)
Organización Mundial de la Salud (OMS)