Política

Giorgio Armani: igualdad de género desde la moda

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A veces las mayores batallas se dan en trincheras que muchos han considerado como superfluas o banales. Este es el caso del diseñador de moda Giorgio Armani, quien en día pasados falleció a los 91 años.

"Con profundo pesar, el Grupo Armani anuncia el fallecimiento de su creador, fundador e incansable impulsor: Giorgio Armani", declaró en un comunicado la casa de moda.

El también empresario sufría problemas de salud y en junio tuvo que dejar de asistir a los desfiles de la Semana de la Moda Masculina de Milán por primera vez en su historia como diseñador

Armani era considerado como sinónimo de estilo y elegancia, y se le considera el primer diseñador desde Coco Chanel que provocó un cambio duradero en la forma de vestir.

Es Armani quien dio la batalla por desafiar los arquetipos de la moda. Algo que tal vez hoy en día suene a cliché, en un mundo donde las pasarelas se han convertido en el arte de crear ropa que solo es funcional justo ahí, en las pasarelas, pero no para la vida real, en las calles o centros de trabajo. Lo cual refleja la percepción de los diseñadores respecto a sus clientes: como mujeres superfluas que no necesitan desarrollarse en un mundo laboral o de poder, sino como objetos de contemplación.

Considerado como un diseñador posmoderno –cualquier cosa que eso signifique pero que implique algo complejo y rebuscado–, la verdadera revolución de Armani fue ver a las mujeres como personas fuertes, no entes delicados. Fue él quien rompió el esquema sartorial e introdujo el concepto del traje, hasta ese entonces de uso exclusivo masculino, para la mujer.

Pero entender que la mujer se introducía en el mundo laboral y que no todo eran los oropeles de la pasarela solo es posible conociendo los orígenes del creativo. Armani nació en Piacenza, al norte de Italia, el 11 de julio de 1934, en el seno de una familia de clase media, pero sufrió las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y padeció hambre. De niño estuvo a punto de perder su vida al jugar con unos proyectiles de artillería sin explotar. Uno estalló y sufrió quemaduras graves, mientras que un amigo cercano murió. Se le atribuye haber dicho: "La guerra me enseñó que no todo es glamoroso".

Giorgio Armani no aprendió en la escuela de modas, sino en el taller, comprando las telas en fábricas. Es por ello que, con la incorporación de más mujeres al mercado laboral, Armani entendió todo.

"Me di cuenta de que necesitaban una forma de vestir equivalente a la de los hombres", dijo. Pero sin perder su esencia: no masculino, sino con feminidad, sin ser vestidos vaporosos que generen diferencia a la hora de incorporarse al mundo real: "Algo que les diera dignidad en su vida laboral".

Hoy en día esto que Armani logro décadas atrás, sigue siendo un reto para las mujeres en mundos corporativos. De ahí que Giorgio Armani, el llamado arquitecto de la elegancia, haya más bien construido la carretera para la igualdad desde la moda.


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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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