Política

Donald Trump y Elon Musk: el privilegio de la impunidad

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Hay cosas que no cambian y una de ellas es la impunidad que parecen tener los hombres blancos con poder.

Un grupo de ocho exempleados de SpaceX presentó este miércoles una demanda ante un tribunal estatal de Los Ángeles (Estados Unidos) en la que acusan a la compañía aeroespacial y a su presidente, Elon Musk, de acoso sexual y discriminación por razón de sexo a sus trabajadoras.

En la demanda civil se señala “… dirige su empresa en la Edad Media, tratando a las mujeres como objetos sexuales evaluadas por su talla de sostén, bombardeando el lugar de trabajo con bromas sexuales obscenas y dando como réplica a aquellos que desafían ese ambiente (...) que si no les gusta pueden buscar empleo”.

Los trabajadores despedidos habían presentado una queja ante la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo de Estados Unidos, que se ha visto detenida por una acción legal de Musk.

Esto sucede apenas unas semanas después de que Donald Trump fuese declarado culpable de 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales, en lo que los fiscales describieron como un esfuerzo por ocultar un pago de dinero a una estrella porno para mantener su silencio en torno al supuesto encuentro sexual consensuado sostenido con ella años atrás.

En enero de 2018, se publicó que Cohen pagó a la mujer conocida como Stormy Daniels 130 mil dólares en octubre de 2016, un mes antes de las elecciones presidenciales

Ambos personajes han sido ventilados por investigaciones del Wall Street Journal. Y también ambos lo han negado. Pero más allá de las declaraciones de los exempleados y de los acusados, lo que indigna es la impunidad con la que logran navegar entre las acusaciones en el día a día,como si el tener poder los librara de cualquier consecuencia.

En el caso de Trump, si bien él acusa de ser víctima de una persecución, la realidad es opuesta. Cuando una persona común estaría sin empleo o señalado para desenvolverse en alguna función que le garantizara el sustento, este no es el caso. Pues nunca “un delincuente convicto ha sido candidato presidencial”, señalan los diarios.

Musk, uno de los hombres más ricos del planeta, parece también ser inmune a las nuevas políticas empresariales surgidas desde el #MeToo, donde las relaciones personales, aunque sean consensuadas, quedan fuera de toda posibilidad dentro de un centro laboral al generar un clima incluso de favoritismo o de revanchismos sexuales.

En tiempos actuales se habla mucho del privilegio, entendido como las ventajas o beneficios no merecidos de que disfrutan personas o grupos en función de sus identidades sociales. Y se critica ampliamente a manera de cliché, en el argot de la corrección política que invade las redes. Pero, desgraciadamente en la vida real, el privilegio se ha convertido en impunidad y parece no molestarnos, pues ambos magnates son seguidos de manera masiva y festejados en lo que realicen.

¿Será que en algún momento podamos trasladar esa corrección de redes tan falsa a la vida real? Podremos un día decir “estás despedida” a la impunidad que gozan los poderosos.? Una pregunta para postearla en X.


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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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