Hay quienes buscan la grandeza a través de creaciones snobs. Otros la alcanzan sabiendo que la genialidad radica en transformar lo cotidiano en algo digno de admirar y reflexionar. Tal es el caso de Rob Reiner, quien se consagró como director con diferentes géneros.
En días pasados conmocionó el asesinato doble del también actor y su esposa en su propio domicilio, caso en el que su hijo ha sido señalado como presunto perpetrador del crimen.
Al margen del morbo desatado tras la noticia y las distintas versiones que se han generado a su alrededor, algo que se está dejando de lado es el impacto creativo de Reiner en el cine.
Muestra de ello es su legado de la comedia romántica “When Harry met Sally” (“Harry y Sally) de 1989. Es tal la trascendencia de este filme que es considerado por muchos como la mejor película en su género de todos los tiempos. Su grandeza precisamente radicó en que los personajes Harry Burns (Billy Crystal) y Sally Albright (Meg Ryan) están interpretados y escritos con la naturalidad de una realidad cotidiana, a la que se enfrentan personas comunes y corrientes en las vicisitudes de la búsqueda de pareja. Una historia de diálogos mordaces plasmada en la pantalla grande de una manera tan simple pero encantadora que la catapultó al éxito incluso de las generaciones posteriores.
Pero así como la vida que no tiene una sola faceta o un solo crisol, Reiner no sólo se abocó a la comedia romántica. También nos dejó el thriller de suspenso “Misery” de 1989, la para muchos considerada joya de culto “The Princess Bride”, el celebrado drama “Stand by Me” y la también muy recordada “A few good men” (“Cuestión de honor”) con Tom Cruise, Jack Nicholson y Demi Moore.
Reiner poseyó la habilidad y la genialidad necesaria para poder ir del terror a la comedia o a la crítica del sistema. Y logró encontrar en su vida el balance perfecto tan difícil hoy en día entre ser activista en las calles y creador en el arte. Algunas notas referentes a su muerte señalan que “apoyó a candidatos presidenciales demócratas, defendió la educación preescolar gratuita y se le atribuyó un papel clave en la revocación de la prohibición del matrimonio igualitario en California.”
Además recuerdan que Reiner apoyó a candidatos progresistas y donó, junto con su esposa Michele, unos 2.7 millones de dólares a campañas demócratas, incluidos 100 mil para la reelección de Biden en 2024, según The New York Times. En años electorales solía organizar y asistir a eventos de recaudación y campaña. Esta inclinación no estaba necesariamente reflejada en sus películas, en las que lograba mover al espectador en el espacio sensitivo y no en un llamado a la acción inducido.
Hoy toda esa genialidad pasa a segundo plano ante las miradas morbosas por el asesinato. No obstante, un gran tributo a su obra sería precisamente abordar su partida como un proceso cotidiano, sin dramas ni falsas pretensiones, dejando que incluso lo más oscuro fluya como algo previsible en el sino de la vida.