Nos ha tocado vivir un tiempo en que demográficamente las mujeres ocupan más de la mitad de los seres humanos en el orbe; consecuentemente su presencia ha crecido en las actividades otrora exclusivas de los hombres por razones culturales de discriminación que cada vez son más inaceptables; uno de esos ámbitos es el de la música llamada clásica y específicamente su participación en la ejecución de cualquier instrumento en el seno de las orquestas sinfónicas o filarmónicas.
Quedaron atrás aquellas épocas en que las mujeres de ciertas clases sociales aprendían la costura, el bordado, la cocina y algunas atrevidas incursionaban en la pintura, la escultura o el ballet como parte de su formación graciosa propia de su sexo y función de damas bien, discretas y bonitas y cuando considerado de gran mérito aprendían a tocar generalmente el piano.
Con el tiempo algunas destacaron por su talento musical no solo como ejecutantes sino conquistando su categoría de concertistas y por muchísimos años hasta allí llegaron; mas hubo quienes se atrevieron a romper esa barrera y subieron al podio de dirección y no pocas también dirigiendo sus propias composiciones.
A nivel mundial se puede hacer una nómina de cuando menos una veintena de mujeres entre ellas: Marín Alsop, neoyorquina; la brasileña Ligia Amadio; Mirga Grazinyte-Tyka, lithuana; Inma Shara, española; Shi-Yeon Sunga, surkoreana.
Respecto a las mexicanas podemos citar a Julia Alonso, primera mexicana en dirigir una orquesta sinfónica en 1912; Gabriela Díaz Alatriste, directora de la Orquesta Sinfónica del IPN de 2009 a 2013, Gina Enríquez, primera mujer que dirigió las orquestas filarmónicas de Berlin y Nueva York también compositora; la coahuilense Teresa Rodríguez, quien fundó el Encuentro Operístico de Verano Artescénica y ha dirigido la filarmónicas de Sonora, de la Ciudad de México y la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez y desde luego Alondra de la Parra, quien en estos momentos es la directora mexicana más destacada en el mundo.
Alondra de la Parra ha dirigido más de 100 de las orquestas más sobresalientes del mundo, incluyendo la Orquesta de Paris, la Filarmónica de Londres, la Tonhalle de Zurich, la Sinfónica de San Paulo; y fue directora por dos años (2017-19) de la Orquesta Sinfónica de Queenland de Australia; entre otras.