Esta semana, de una manera totalmente atípica por la presencia del coronavirus, inicia un torneo más del futbol mexicano, éste pomposamente llamado “Torneo de los Guardianes”. Obvio, sin público en las tribunas y con las medidas sanitarias impuestas por las autoridades de la salud.
Cabe hacer mención que todos, absolutamente todos los equipos han presentado casos positivos, unos más, otros menos. ¿Hubo irresponsabilidad? No, porque la pandemia no distingue y el contagio se encuentra donde menos lo esperas. Lo que sí es un hecho es que estamos viviendo una nueva realidad en nuestras relaciones sociales y humanas.
El arranque del torneo me recuerda unos comics que leí en la adolescencia en los que se vaticinaba que las grandes concentraciones iban a desaparecer y que, para ver los espectáculos, nos tendríamos que remitir a la “caja idiota”. Parece que Ciro Peraloca se adelantó a los tiempos.
Por lógica, las televisoras tendrán más fuerza para manipular este deporte a su antojo. No perdieron tiempo. Se adelantaron. Sabían que esto iba a suceder porque en medio de la contingencia desaparecieron el ascenso y el descenso, permitieron la desaparición y cambio de sede del Morelia y se repartieron el pastel a su antojo.
Por eso llama mi atención la decisión de Chivas, pues siendo el equipo más importante,se arregló con la peor cablera del país y solamente le regale dos miserables partidos a la gran cantidad de sus seguidores.
La susodicha Liga de Expansión es una incógnita, porque solo los “genios del futbol” saben con qué se va a comer, pues como dijo Alberto Castellanos: “Ha habido un manejo errático, poco claro por
parte de las autoridades de la Liga. Desde mi punto de vista se nos ha engañado con lo de las franquicias 19 y 20.Si me dicen que están 20 a la venta, yo la compro, [pero] después me dicen que siempre no. Es un engaño, es una mentira, y así se lo volví a decir en la asamblea al propio [Enrique] Bonilla, porque no me parece que esa sea la forma en que debe conducirse las autoridades del futbol”.
Mucho me temo habrá represalias. Ya lo hicieron cuando ascendieron a la Primera División. En la expansión no sería la excepción. Habrá que recordar la controversia que metieron ante el TAS, Leones Negros, Venados y Correcaminos. ¿Qué sucederá si el fallo es en favor de los demandantes? ¿Regresarán al ascenso y descenso? ¿Habrá indemnización? Porque el TAS se ha caracterizado por sus incorruptibles decisiones. Por ejemplo, falló a favor del City y podrá disputar la Champions cuando la UEFA los había sancionado por dos torneos.
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