Marcelo Ebrard, que gobernaba el DF con visión moderna y aspiraciones a ser presidente, anunció el 8 de agosto de 2007 la construcción de la Línea 12 del Metro. Dijo que costaría 9 mil millones de pesos. El costo al momento de la inauguración fue de 26 mil millones, con un sobreprecio de 744.5 mdp por obras complementarias. Más la renta de 30 trenes… 30 mil millones, pagaderos a 17 años. El cierre en 2014-2015 costó además de todo otros 41 mil 300 millones de pesos por diagnóstico, reparación y transporte público alterno a los usuarios afectados.
Ese mismo agosto de 2007, el director del Metro, Francisco Bojórquez, envió un comunicado al jefe de Gobierno sugiriendo trenes con ruedas neumáticas: “Si se llegara a descuidar el mantenimiento de las vías cuando la rodadura es férrea, se podrían originar accidentes muy lamentables… Nos ayudarían a prevenir cualquier incidente grave en la nueva L12 y que pudiera opacar sensiblemente a nuestra administración, dadas las condiciones de inestabilidad de los suelos en dicha ciudad. Vayámonos por la segura”.
A pesar de la advertencia, un mes después se decidió utilizar trenes férreos ‘para ahorrar 7 por ciento en mantenimiento’ y se otorgó el contrato por adjudicación directa para la renta de esos trenes a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles de México, SA de CV (CAF). Para la construcción, el 17 de junio de 2008 se formalizó el contrato que ganaron por licitación ICA, Carso y Alstom, firmado por 15 mil 290 millones de pesos más IVA.
A toda prisa política, la ‘Línea Dorada’ que transportaría 435 mil usuarios diarios fue inaugurada el 30 de octubre de 2012. Al año, el 14 de noviembre de 2013, ILF Consulting Engineers —como parte del consorcio certificador— señaló falta de mantenimiento preventivo y correctivo en las vías y un inusual desgaste en las ruedas de varios trenes. Un año después, el 12 de marzo de 2014 se tiene que suspender el servicio. Las empresas francesas Systra y TSO concluyen en su peritaje: “trenes equivocados, sobre vías equivocadas, sobre un trazo equivocado”. Todos fallaron: constructores, supervisores y gobierno. Se hicieron reparaciones paliativas, y para noviembre de 2015 la L12 fue reabierta. Menos de seis años después, colapsó... 26 muertos y 60 heridos de por medio.
Palabras clave
El estado de la soldadura y los pernos del último peritaje solo evidencian la realidad política, empresarial y administrativa de México. Una Línea que tuvo varias alertas, fallas, cierres temporales y costos elevados.
@Conejocedillo