Cultura

Zapatero a tu zapato

Dice el conocido refrán, zapatero a tu zapato, lo que significa que cada uno debe ocuparse de sus asuntos, de su oficio, de su profesión y de opinar sólo de lo que entiende, evitando meterse en lo que no le incumbe, ni tiene conocimiento.

En el ámbito del desarrollo humano, incluyendo el tratamiento de adicciones, esta frase cobra vital relevancia en nuestro mundo contemporáneo en el que abundan los falsos gurúes, los todólogos o los “guías espirituales” que dicen que nos arreglan nuestras vidas completas en un santiamén.

Incluyendo con todo respeto a los profesionales de la psicología, cuando no se han especializado, deben ser claros con sus consultantes y conscientes de sus alcances que normalmente son para consulta general sin requerir una experiencia particular en alguna patología, trastorno mental y alteración de las emociones.

Conozco psicólogos y psicólogas muy competentes que se especializaron en adicciones, algunas incluso compañeras mías de generación y por supuesto la diferencia es abismal con quienes ejercen solamente con su cédula profesional de licenciatura que, por supuesto, pueden apoyar en otras áreas, siempre y cuando reciban la capacitación adecuada.

En temas tan especializados como las adicciones y otros trastornos mentales es indispensable la capacitación específica e incluso en ocasiones reconocer nuestros alcances y hacer equipo multidisciplinario con médicos psiquiatras y todas las herramientas posibles para beneficio del consultante.

En alguna ocasión, un paciente de alcoholismo que ya había sido internado en cuatro ocasiones y había vivido recaídas continuas, aceptó que lo atendiéramos en un modelo ambulatorio, admitiendo tener un padecimiento crónico, aunque su problema con la bebida se agravaba cuando vivía crisis personales, de trabajo o familiares, como era frecuente en alguna etapa de su vida.

Después de pasar un divorcio, tener diferencias al interior de su familia, estar en una nueva relación de pareja y con un trabajo de sumo estrés en el que también tenía crisis permanentes, volvió a beber y acudió con un psicólogo general que le dijo que su problema no era de alcoholismo sino de alteración de sus emociones y su estado de ánimo.

Cuando vino a la consulta conmigo le suscribí que, por supuesto tenía un trastorno emocional y de su estado anímico que estaba agravando su adicción, pero que bajo ningún motivo estaba de acuerdo en el irresponsable “diagnóstico” de alguien sin capacitación en adicciones que, peligrosamente, le decía que podía beber porque ese no era su problema.

Inmediatamente le dije que yo no podía trabajar así y que tomara una decisión porque no podía hacerme responsable de su salud mental si estaría siguiendo las sugerencias de alguien que no tiene conocimiento del tema.

Finalmente se quedó en mi consultorio y pudimos avanzar mientras estuvo aplicado a su proceso, con lo que pudimos afirmar, zapatero a tus zapatos.

Y hablando de la frase, a propósito de padrinos y consejeros en adicciones, mi visión personal es que están para ayudar en la enfermedad primaria y no en otros terrenos como a veces pretenden, deseando convertirse en guías matrimoniales, asesores financieros, coaches de vida y una serie más de atribuciones que no les corresponde, ni están preparados para ello.

omarcervantesrodriguez.esp@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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