Aunque parezca broma, en nuestra sociedad vivaracha y dicharachera hoy se dan por iniciadas oficialmente las actividades del popular Maratón Guadalupe-Reyes, una de las épocas de mayor consumo de alcohol y comida que, de forma colectiva, tenemos los mexicanos.
Digo que parece broma, pero es tan real que en 2019 se proyectó una película mexicana con el título de “Guadalupe-Reyes, Chin Chin el que se raje”, comedia que retrata lo que sucede en todos los extractos sociales de nuestro país en las festividades decembrinas.
Justo hoy que se conmemora la fiesta de La Guadalupana, una de las de mayor arraigo en el país, comienza a sentirse en la calle que el año “ya se acabó” y que se dan por iniciadas las preposadas y las posadas, por lo que abundan las comidas, cenas y compromisos de todo tipo en la temporada navideña, en las celebraciones de fin de año, de Año Nuevo y hasta los festejos de los Reyes Magos.
Por supuesto que soy de los que piensan que, como lo escribí la semana pasada, esta es la mejor temporada del año, lo cual no obsta a que, en mi calidad de especialista en adicciones, dejemos de hacer prevención y nos soltemos todos el chingo.
Al contrario, es época de celebrar y de buscar los valores que brotan en esta temporada y que deberían acompañarnos todo el año, haciéndolo, como decía el comercial, “nada con exceso, todo con medida”.
En algunas entrevistas que me han hecho recientemente para hablar justo de las adicciones y su impacto en estas fechas, he tratado de ser muy claro en que debemos por supuesto de celebrar, sin perder de vista que los factores de riesgo suelen dispararse en las próximas semanas, en la duración del maratón.
Aumentan los accidentes automovilísticos, las riñas y pleitos, las faltas administrativas, la violencia derivada del consumo de alcohol y drogas, los índices de episodios depresivos y ansiosos propios de las fechas, incluyendo la incidencia de suicidio, razones más que suficientes para procurar llevar la fiesta en paz.
Hagamos consciencia de que los focos rojos se encienden en el “Lupe-Reyes” y procuremos que en este maratón abunden los momentos de alegría, paz y armonía, reduciendo al máximo los eventos desagradables que estén en nuestras manos prevenir.