¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si las madres de mi colonia salen a las 4:30 am a su trabajo, dejando a sus hijitos a cargos de su madre para irse a trabajar un primer turno, llegar a las 4:30 pm para el segundo y poder dormirlos a las 8 pm para iniciar el tercero?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si cada que camino por la arena del desierto soy consciente que llevo en las plantas a los hijos e hijas de tantas otras madres, enterrados sin aviso, en todas partes de este osario, enterrados para siempre en los corazones de sus madres que no se cansan de escarbar con las manos peladas de frio, de fuego, de rabia y de anhelo?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si en este país surrealista un empresario puede deber tanto dinero como jamás podríamos soñarlo e imaginarlo ninguno de nosotros, por años, por décadas, mientras el país sucumbe al hambre, la desesperación y la deuda?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si la primera vez que me animé a salir sola de casa para comprar materiales para las actividades de mis hijos, en los primeros treinta minutos tuve que defenderme de un tipo que creyó que podía hablar sobre mi cuerpo sin consecuencias?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si en la sociedad en que vivimos, las mujeres nacemos esclavas y morimos esclavas, con las orejas perforadas, los úteros al servicio del Estado y las manos y las espaldas quebradas de tanto cuidar y criarle al mundo la economía y la sociedad; sin salario, ni vacaciones, ni permiso para respirar?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si nos niegan la norma biológica, obligándonos a parir a través de cuchillos que nos cortan siete capas de piel, vendiéndonos leche de otras animalas en vez de dejarnos recostar con nuestras crías para lactar, en paz, con la humanidad cubierta en comunidad, con permiso de ser las mamíferas que somos y sostener y cargar a nuestras crías sin preocuparnos por volver al sistema laboral para sobrevivir?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si acaban de asesinar a mi amiga que solo iba a la tienda por leche para sus bebés.
Sus bebés quedaron hambrientos y dolientes desde ese día y no hay tíashermanasprimasabuelas que les curen la herida de perder a mamá a manos de aquellos quienes creen que nuestros cuerpos les pertenecen?
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si mi mamá jamás recibió pensión. Tuvo tres trabajos.
Nos odiaba abiertamente porque gracias a nuestra forzada existencia ella era esclava del cuidado.
Y mi padre, mi padre impune, jugando al pobre hombre sin recursos y con derecho a reconstruir su vida mientras la humanidad de mi madre se hacía añicos, llenando de pedacitos también, el alma rota de sus hijos.
¿Cómo no estar enojada/rabiosa/furiosa/enpiedeguerra si habitar el cuerpo femenino es una sentencia de muerte. De búsqueda. De esclavitud permanente.
¿Cómo no estar fúrica, estar bestia, si nos gasean en nuestras marchas a las que vamos con la exigencia de libertad y justicia, si no nos abren las puertas del palacio nacional sin importar que estemos desmayadas de hambre, si aquí estamos todos los días estirando cien pesos, recibiendo el quinceporciento de pensión miserable mientras nosotras damos el cuatrocientosporciento.
[Cien veces te cuido, cien veces te limpio, cien veces trabajo y cien veces emprendo.]
Y ni así, ni así alcanza, y el gobierno lleno de riquezas que nosotras les hemos creado con nuestros cuerpos mira para otro lado desde hace mas de cien años y seguirá haciéndolo, mientras nuestros vientres y sueños rotos lo sostienen todo?
Dime, ¿Cómo no estar furiosa, loca, rabiosa, anímala y en pie de guerra en medio de la batalla?