Política

Ética y discurso

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En el escaparate de lo que ha gustado llamarle polarización seguimos escalando cumbres de miopía política. Todo abuso en el lenguaje conduce a la eliminación de conceptos que tramposamente se absorben en alguna palabra de uso reiterado. Narrativa, conservadores o pueblo han sido útiles para desaparecer nociones de evidente propaganda o de ciudadanía. No todo es polarización, muchas veces es burda mentira o fomento a la irresponsabilidad.

Con un tanto de autocrítica, los medios y quienes participamos en ellos no deberíamos de eludir nuestra responsabilidad en el deterioro del discurso público.

Ausencia de ética, de rigor en el oficio y de relación de consecuencias son cobijo de lo limitado.

Si abandonamos la idea de que la ética comienza en la responsabilidad que tenemos hacia el otro, caeremos en el error de asumir que todo cabe en los amparos de la libertad editorial o los fueros del humor. Dependiendo del caso, esas han sido las defensas a la publicación de mentiras, distorsiones de la realidad y caricaturizaciones de lo inefable.

Hemos llegado al punto de ver la expansión de lo militar, la entrega de funciones y materias civiles a los soldados, como un asunto democrático. A banalizar los símbolos históricos del horror con tal de alimentar afinidades. Mientras tanto, la violencia corroe.

A través del periodismo, el papel de los medios es intentar darle algo de comprensión a la vida pública. El rigor en el oficio lleva implícitos los códigos de ética que lo permiten. Todo rigor obliga a dudar sobre lo que se dice, escribe y dibuja.

Quienes publicamos editoriales cargamos a cuestas la mala hermandad de la opinión con la creencia. De ahí la necesidad de un mínimo de fundamento. Valdría recordar que la caricatura política es un editorial a trazos. La responsabilidad con lo publicado es la única defensa a un oficio de naturaleza endeble. Sin ella, queda la frivolidad como un código aceptable.

Al perder los códigos desde los cuales analizamos la realidad se instalan nuevos donde todo es admisible. Habituados al reduccionismo lo convertimos en el estado de las cosas: el insulto y la descalificación babosa son ya las herramientas probatorias del lenguaje político mexicano. 

Maruan Soto Antaki

@_Maruan

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Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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