Los hechos ocurridos el sábado pasado en Gómez Palacio fueron un recordatorio de que la seguridad no es un estado permanente, sino una tarea diaria.
Sin embargo, también sirvieron para demostrar la eficacia del modelo coahuilense: en cuestión de horas, las autoridades lograron la detención de los presuntos responsables, gracias a la coordinación interinstitucional y al uso de tecnología de punta.
Esa capacidad de reacción no es casualidad, es el resultado de años de planeación y disciplina institucional.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Coahuila ocupa el segundo lugar nacional con menor tasa de homicidios dolosos, con 1.76 por cada 100 mil habitantes, sólo detrás de Yucatán.
Este indicador refleja una estrategia integral que combina inteligencia, patrullaje, equipamiento y una proximidad social efectiva.
En palabras simples: ni balazos ni abrazos, sino coordinación, tecnología y compromiso.
El estado también figura entre los primeros cinco lugares con menor incidencia en robo de vehículos y extorsión, según el más reciente reporte nacional de incidencia delictiva.
Esto no se logra improvisando, sino a través de mecanismos de vigilancia modernos —como el sistema C4 de videovigilancia— y de la colaboración constante entre las policías municipales, estatales y la Fiscalía General.
Es cierto que medidas como los retenes pueden generar molestias a los automovilistas.
Pero vale la pena recordar que son parte de un blindaje que ha permitido a las familias coahuilenses vivir en paz, sin el miedo cotidiano que domina en otras regiones del país.
La seguridad se construye con disciplina y con la participación de la ciudadanía, no con discursos.
Hoy, Coahuila es ejemplo nacional de cómo la prevención y la coordinación rinden frutos.
Mientras otros apuestan a la improvisación o al populismo, aquí se trabaja con método, con inteligencia y con resultados medibles.
En un país golpeado por la violencia, Coahuila demuestra que la seguridad sí es posible cuando hay estrategia, tecnología y voluntad política.