Política

La impunidad como modo de complicidad

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La paz se debe basar en la memoria, no en el olvido.

Florestán

Ayer se cumplió una semana de la manifestación por los 57 años de la matanza de Tlatelolco, 2 de octubre de 1968, el aniversario más violento de que haya registro, con un saldo de 94 policías heridos, una decena de gravedad, y otros 30 particulares.

Los provocadores de ese saldo fueron los identificados desde hace mucho como integrantes del bloque negro, infaltables en cualquier tipo de marchas, mujeres, desaparecidos, 10 de junio, 43 de Ayotzinapa, con un fin: estallar esa violencia para distraer del motivo de la manifestación.

Ese grupo, que versiones aseguran que prohíjan los gobiernos, siempre ha actuado en la total impunidad, se organiza vía redes, ensaya sus movimientos, los suyos recorren las rutas, graban y retratan los blancos y luego se citan para hacerse presentes en las marchas. Se coordinan para fijar hora de la cita, vías y modos de acceso y puntos de reunión para su irrupción.

El jueves fue igual, pero el número de encapuchados aumentó de menos de cien a más de trescientos, lo que el gobierno de Ciudad de México no previó y por eso la primera partida de policías que envió a la marcha fue de 500, que fueron fácil y brutalmente rebasados por los violentos, por lo que activaron a otros mil 500 que tenían de reserva.

Pero ya era tarde. Los agresores ya los habían superado a golpes, pedradas, martillazos, fuego, pues la orden que tenían era la de resistir, por encima de los protocolos de la policía.

Y a pesar de ser más, la furia de los menos los redujo a una minoría, inerte porque para el gobierno, los gobiernos de la 4T, la única falsa opción es la de aguantar o reprimir, y digo que falsa porque entre la violencia y la represión está el justo y su obligación de aplicar la ley.

Pero no. Pudo más la imprevisión, subestimaron a los violentos y de ahí el saldo.

La autoridad capitalina dijo que no habría impunidad, lo que fue un engaño, pues a una semana no hay un solo violento identificado ni presentado a la fiscalía.

La complicidad, pues, como forma de complicidad de Estado.

RETALES

1. FALAZ. Presidenta Sheinbaum, esa noche Jenaro Villamil, que trabaja en su gobierno, me acusó de haber llamado a la represión contra los estudiantes, lo que es mentira. Lo emplacé a probar o a ofrecer una disculpa, que no ha hecho. Calumnia e ignora por su arrogancia y sentirse cobijado por usted. La otra impunidad;

2. BATEO. El de Citi en Nueva York, que con un párrafo rechazó la oferta de German Larrea para comprar Banamex, del que Fernando Chico Pardo había adquirido el 25 por ciento. No todo es el dinero; y

3. CUENTO. Otra de Fernández Noroña, que apareció en un avión privado diciendo que era taxi aéreo, lo que es falso por su matrícula estadunidense y que no lo había pagado con fondos públicos. ¿Y con qué lo pagó, que es lo que tiene que informar? 

Nos vemos el martes, pero en privado


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Joaquín López-Dóriga
  • Joaquín López-Dóriga
  • lopezdoriga@milenio.com
  • Periodista con más de 50 años de trayectoria en televisión, radio, medios escritos y electrónicos, escribe de martes a viernes su columna "En privado" en Milenio Diario
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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