Es fácil entender por qué el presidente estadunidense, Joe Biden, está tan preocupado por el fentanilo: las muertes en Estados Unidos por sobredosis de droga superaron las 107,000 en 2021, la cifra más alta de su historia, y dos tercios tuvieron que ver con el fentanilo. Ya es la principal causa de muerte entre los estadunidenses de 18 a 49 años.
Ayer, mientras en México se daba la captura de Ovidio Guzmán —acusado de ser uno de los principales traficantes de esa droga hacia el norte—, Biden habló en una conferencia sobre la frontera entre ambos países: “Desde agosto del año pasado, Aduanas y la Patrulla Fronteriza han incautado más de 20,000 libras de fentanilo mortal. Eso es suficiente para matar hasta 1,000 personas en este país. Es un asesino”. Incluso, señaló que visitará la frontera para revisar el tema migratorio, pero también el del tráfico de estupefacientes. Es en ese contexto que se da la captura en México de Guzmán, días antes de la llegada de Biden al país para una cumbre con los mandatarios de América del Norte, donde el tráfico de estupefacientes será uno de los temas centrales.
“Cartel RX”, una serie de reportajes de The Washington Post sobre el fentanilo, muestra que el número de estadunidenses muertos por esta droga se ha disparado 94 por ciento desde 2019 y, en promedio, un estadunidense muere por sobredosis cada siete minutos.
Según la DEA, desde 2019 México se ha convertido en el principal proveedor de fentanilo de ese país, superando a China. El aumento en su uso se produjo después de que el gobierno de ese país atacará la epidemia de opiáceos que había generado la industria farmacéutica tras un par de décadas de recetarlos sin control. Para entonces, millones de personas se habían vuelto adictas a los analgésicos legales que surtían todas las farmacias, pero tras estas acciones gubernamentales fue casi imposible conseguirlos.
Los cárteles mexicanos —como el que supuestamente lideraba Ovidio Guzmán— llenaron el vacío, primero con heroína y después usando sustancias químicas en laboratorios clandestinos para fabricar polvo y pastillas de fentanilo.
Es un negocio redondo y mucho más fácil. Según lo publicado por el Post, el fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y su tamaño compacto facilita mucho su contrabando: “Es tan potente que el suministro de un año de fentanilo puro en polvo para el mercado estadunidense cabría en la caja de dos camionetas”. Puede producirse en solo unos días y no necesita de enormes campos de amapolas para su producción.
Además, desde julio el volumen de fentanilo incautado a través de la frontera cada mes se ha duplicado con respecto a principios de año. Sin embargo, “agentes federales estadunidenses calculan que incautan, si acaso, solo entre 5 por ciento y 10 por ciento de la droga procedente de México”.
La crisis estadunidense con esta droga está en su clímax y los esfuerzos en ambos lados de la frontera no la han menguado. Ante ella, Biden ha insistido en que hará “todo lo necesario” para frenarla. A partir del lunes, en las reuniones con López Obrador y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tocará el tema. Y desde ayer, uno de los traficantes mexicanos más famosos de fentanilo ya duerme en la cárcel.
Mael Vallejo
@maelvallejo