Estamos en semáforo naranja, el desconfinamiento inició, la reapertura de muchos negocios comenzó y todo sin que la cantidad de contagios haya empezado a bajar.
El verdadero peligro vendrá en las próximas semanas, ya que para muchos viene lo bueno, para otros tanto viene lo malo.
Ya en la región lagunera se abrirán quintas, gimnasios y lo que usted guste y mande, claro, siempre y cuando se respeten los tan llevados y traídos protocolos, los cuales a muchos de quienes habitan en esta región les han valido y mucho menos los han respetado.
Tanto en Torreón como en Gómez y Lerdo, los alcaldes sienten que ya es necesario abrir los negocios no esenciales, lo cual para muchos es una decisión más política que de salud, ya que no se duda que al volver todo a la nueva realidad, también se presente un rebrote de la pandemia causada por el covid-19.
En el puerto de Mazatlán, ya los prestadores de servicios turísticos se encuentran listos y según ellos, preparados con las os protocolos marcados para recibir a miles de turistas, principalmente de la región lagunera.
No cabe duda que las familias empezarán a planear sus vacaciones, a confirmar reservaciones y a darle gusto al gusto en albercas, restaurantes-bar y los distintos sitios turísticos.
Todo se pinta color de rosa, pero al final, esta decisión que parece ser apresurada podría tener sus consecuencias, como les sucedió a muchos estadounidenses, quienes al ver que sus autoridades autorizaban el desconfinamiento, de inmediato acudieron a los sitios turísticos, a las playas, pagando posteriormente las consecuencias, ya que los contagios aumentaron y de nuevo vinieron las medidas restrictivas de no salir, del cierre de negocios y todos a casa.
En Durango como en Coahuila, los gobernadores han actuado con cautela, no han dado paso sin huarache y es que ambos no quieren que sus decisiones de reactivar la economía en sus entidades puedan resultar contraproducentes.
Han checado el comportamiento de los contagios, la capacidad hospitalaria, pero al final, son los ciudadanos de ambos estados quienes tienen en sus manos respetar las medidas sanitarias y así contener al covid-19.
Ahora no cabe duda que viene lo bueno, viene la prueba de fuego.
walter.juarez@milenio.com
