Ya se habla de que todo ha empezado a funcionar, que los restaurantes abrirán sus puertas, que las quintas podrán recibir familias, que los gimnasios podrán tener actividad física y las iglesias recibir feligreses y muchos negocios más que podrán volver a la actividad.
Pero lo que llama la atención es que los señores que se reúnen en su comité de evaluación algo están pasando por alto, ya que no puede ser posible que en los gimnasios los asistentes puedan hacer ejercicio con cubre bocas, ya que se cansarán de inmediato, pero esto es parte del protocolo y se tiene que respetar.
Algo que parece que no analizaron bien es que en los restaurantes no podrán ser recibidas personas de la tercera edad, cuando en muchas ocasiones son ellos quienes tienen el poder económico y les gusta acudir en familia.
Si se acude con niños, tampoco los pequeños podrán entrar, ya que según los que hacen los protocolos son muy vulnerables, cuando realmente las estadísticas demuestran que quienes más se han contagiado no son niños ni adultos mayores, son jóvenes y algunos de 40 o 50 años de edad.
Se busca evitar que sigan los contagios y saben los del comité de salud que los laguneros no han respetado las medidas sanitarias, por lo que difícilmente lo harán ahora que se están abriendo parques, albercas, lugares de entretenimiento, por lo que de verdad se vislumbra una triste nueva realidad.
No se puede imaginar un mercado rodante, una fayuca sin aglomeración de compradores, sin estar regateando en los puestos y que los dueños de los locales les digan que se formen, que guarden la sana distancia y mucho menos se les ve obsequiando gel antibacterial a sus clientes.
Pero en fin, dicen que habrá de vigilar, que estarán todos los negocios no esenciales que ya recibieron luz verde que trabajen con medidas restringidas.
En la temporada de quédate en casa no pudieron cuidar que no hubiera reuniones de más de 10, ya sea en casas particulares o en quintas, menos podrán vigilar ahora que la reactivación económica ha empezado.
Los laguneros siguen sin respetar la sana distancia, siguen sin usar cubre bocas, por lo que se espera no un rebrote, ya que la pandemia no se ha controlado, sino un aumento de contagios y todo por volver a la triste y nueva realidad.
En fin, la vida tiene que continuar y las personas infectadas habrán de aumentar, eso ni duda cabe.
walter.juarez@milenio.com