Estamos en la bonita época del año que promueve la emoción navideña y viene acompañada el reparto de aguinaldo (de quienes gozan de tal derecho). Sabiamente hay quien ha sabido aprovechar la relación de ambos sucesos; así que también llega la temporada en que en la calle, en el Oxxo, el súper, en las escuelas públicas y en muchas otras instancias de gobierno se nos invita de manera voluntaria (a veces no) a donar al Teletón.
En torno a dicho programa se han generado discusiones que hacen crítica a su operatividad, a la economía que comenta, a la imagen de las infancias y adolescencia con alguna condición de discapacidad y demás temas.
Un tema particular que a mí me interesa es la invisibilidad que fomenta sobre muchas otras ONG que también trabajan en favor de la salud de niñas, niños y adolescentes y que no han recibido el mismo apoyo y, peor aún, ni siquiera figura su labor entre el público o los mismos actores que promueven la donación. Accionar desde la invisibilidad es sumamente difícil porque todo el trabajo que se haga, requiere además el esfuerzo de la evidencia. En la misma sintonía, las personas con discapacidad carecen de visibilidad social, no son tomadas en cuenta en planeación de programas ni políticas públicas y, por supuesto, tampoco en la designación de recursos. Como mero ejercicio mental, sugiero pensar en al menos tres organismos (públicos o privados) que brinden atención de discapacidad a la población en niñez o adolescencias.
Si es favorable donar, es muy justo promover la donación a otras organizaciones que apoyen la causa con la que sentimos afinidad. En la zona metropolitana de Hidalgo existen grupos de la sociedad civil muy activos que merecen reconocimiento y seguramente necesitan recursos para su labor. Siempre se puede aportar desde lo local y esa es la invitación que cierra este texto hoy.
Lol Canul
Twitter: @lolcanul