Por tercer año consecutivo y gracias al trabajo de las compañeras gestoras culturales, este fin de semana pasado se llevó a cabo el festival Fuimos Todas en su edición 2025. Es de reconocer el esfuerzo de las organizadoras, Tania Martínez Suárez, Frida Castañeda Bulos, Gabriela López Pereira, Luz Liliana Ibarra Hernández y Christian Arely Sandoval Hernández, que apuestan por construir el espacio de manera horizontal, visibilizando a las creadoras del Estado en siferentes disciplinas: la escritura, las artes plásticas y la música.
En tiempos donde el arte parece reducirse a la competencia o la visibilidad, este festival nos recuerda que crear juntas es un acto político y amoroso.Es el ejemplo perfecto de la comunión del arte entre mujeres, como lugar de encuentro y reconocimiento. No se trata sólo de una muestra de artes sino de una experiencia nacida desde, por y para las mujeres. Dos días bastaron para recordarnos que la creación colectiva es también una forma de sostenernos, reconocernos y aliarnos.
En ese intercambio reconocimos que la fuerza del arte no está en la uniformidad, sino en la diversidad que nos habita.Nos encontramos mujeres de distintas edades, trayectorias y territorios. Escucharnos, vernos y sabernos presentes es parte de la fuerza que impacta.
Desde este, mi espacio de escritura semanal, agradezco profundamente la invitación a participar el pasado domingo. Formar parte del festival como escritora fue un privilegio y un aprendizaje, porque compartir palabra con otras mujeres, que también transforman sus historias en creación, me permiterecordar al arte como un tejido colectivo.
Fuimos Todas 2025 nos deja la certeza de que la cultura también puede construirse desde la sororidad, el cuidado y la autonomía. Que el arte, cuando se hace entre mujeres, puede ser al mismo tiempo refugio y trinchera, memoria y celebración. Que no estamos solas: nos tenemos, nos escuchamos, nos nombramos.